"El acuerdo más importante es retomar el diálogo, más allá de si se produce la última semana de febrero o la primera de marzo. El calendario no nos apremia, lo que queremos es que las cosas salgan bien", dijo la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Ejecutivo catalán.
Así se pronunció la portavoz catalana tras ser preguntada sobre la anunciada mesa de diálogo entre gobiernos que el presidente catalán, Quim Torra, y Pedro Sánchez acordaron arrancar en una reunión personal que mantuvieron el pasado 6 de febrero.
"El presidente Torra no se comprometió a que fuera así", apuntó Budó ante la posibilidad de que las conversaciones comiencen en febrero.
Desde el Gobierno catalán explicaron que Torra está trabajando personalmente en la constitución de un equipo técnico encabezado por él mismo y que integrarán varios miembros del Ejecutivo independentista.
Este equipo "se encargará de articular de qué forma se debe desarrollar la negociación", señaló la portavoz catalana, que recordó que una de las exigencias por parte de Cataluña es que la mesa cuente con la figura de un mediador internacional.
La incorporación de un relator internacional a las conversaciones sobre la situación política en Cataluña es una posibilidad que el Ejecutivo español rechazó en anteriores ocasiones y que dificultó las negociaciones con los independentistas para formar Gobierno a principios de 2019.
"No entendemos que esa figura sea necesaria, los relatores serán los ciudadanos, que serán testigos de los avances que se van a producir en esa mesa", dijo en rueda de prensa posterior al consejo semanal de ministros la portavoz española, María Jesús Montero.
Montero expresó la voluntad de mantener en febrero la convocatoria de la mesa con la Generalitat pese a los comentarios de su homóloga en Cataluña.
Esta exigencia, en línea con el escepticismo expresado por el presidente catalán sobre la negociación con Madrid, no es compartida por sus socios de Gobierno en Cataluña, Esquerra Republicana (ERC), que defienden la necesidad de arrancar el diálogo de forma urgente.
Los dos partidos que gobiernan Cataluña en coalición dieron recientemente por finalizada su legislatura y afrontan en los próximos meses una carrera electoral, algo que podría dificultar el consenso del frente independentista para abordar las futuras negociaciones con el Gobierno de España.