Sánchez se presenta en estos comicios con el lema 'Ahora sí', para reforzar la idea de que, en esta ocasión, sí conseguirá formar Gobierno.
"La única formación política que garantiza hoy un Gobierno para España es el PSOE", reclamó desde un acto de campaña en Córdoba.
El Congreso de los Diputados de España rechazó en julio la investidura del candidato Pedro Sánchez, con 124 votos a favor, 170 votos en contra y 52 abstenciones.
Los jefes negociadores del PSOE y Unidas Podemos manifestaron su desacuerdo a pocos minutos del arranque de la segunda votación de investidura de Pedro Sánchez.
En el último momento, Podemos solicitó las políticas activas de empleo, en pleno debate del Congreso, para aceptar la propuesta, pero el PSOE rechazó la oferta.
Eso provocó que se rompiese una negociación que nunca llegó a retomarse, con una excepción en septiembre, aunque en mitad de declaraciones televisivas del propio Sánchez, quien dijo que un Gobierno compartido con Podemos "no le dejaba dormir".
La primera de ellas, en las elecciones generales de 2015, Sánchez encabezó la candidatura de un PSOE que obtuvo el peor resultado de su historia con 90 escaños y un 22% de votos, quedando por detrás del líder del PP, Mariano Rajoy.
A la vista de la aritmética parlamentaria nacida de esos comicios, Mariano Rajoy rechazó el encargo del Rey Felipe VI para intentar ser investido y el monarca trasladó el encargo a Sánchez.
Tras meses de negociaciones con los grupos políticos, Sánchez fracasó en su intento de recabar el apoyo a dos bandas de fuerzas muy alejadas ideológicamente: los liberales de Ciudadanos y la formación de izquierda Podemos.
Sánchez llegó a presentarse hasta en dos ocasiones a la sesión de investidura con el único apoyo relevante de Ciudadanos, algo que le fue insuficiente para alcanzar la presidencia del Gobierno.
Tras las dos investiduras fallidas, se convocaron nuevos comicios —celebrados en junio de 2016— en los que Sánchez volvió a encabezar al PSOE, cosechando de nuevo los peores resultados de la historia de la formación: 84 escaños con un 22% de votos.
El reparto de escaños dificultaba de nuevo la conformación de mayorías para la formación de Gobierno: Sánchez no supo entenderse con Podemos y los partidos independentistas mientras que a Rajoy —que volvió a ser el más votado— no le bastaba con el apoyo de Ciudadanos.
Sin embargo, Sánchez se aferró al lema "no es no", popularizado entre sus simpatizantes para manifestar rechazo a Rajoy.
En ese contexto, el PSOE vivió una de las mayores crisis internas de su historia. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz —que apoyó a Sánchez en su carrera hacia la secretaría general en 2014— encabezó un movimiento de rebeldía en el que distintos integrantes de la Ejecutiva Federal del PSOE presentaron su dimisión.
Esto dio lugar a la celebración de un tenso Comité Federal en el que Sánchez constató la pérdida de apoyos dentro del partido. En consecuencia, dimitió como secretario general en octubre de 2016 y una Comisión Gestora tomó las riendas del PSOE, cuyos diputados se abstuvieron permitiendo la investidura de Rajoy.
Por lo tanto, el líder socialista llegó al Palacio de la Moncloa —sede del Gobierno español— tras superar etapas muy convulsas tanto en la política nacional como en su propio partido.
El todavía presidente del Gobierno es doctor en Ciencias Económicas y durante varios años ejerció la docencia en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Antes de su etapa de profesor universitario, fue asesor en el Parlamento Europeo (1998) y jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia durante la Guerra de Kosovo (1999).
Desde entonces, ocupó distintos cargos a nivel municipal hasta llegar a ser diputado nacional en 2009 y finalmente cabeza de lista en el 2015.
Padre de dos hijos y jugador de baloncesto al máximo nivel hasta los 21 años, Sánchez es una cara joven dentro de un partido centenario, aunque len este año y medio de Gobierno y las polémicas por la falta de estabilidad, le han desgastado en popularidad.
Se trata de las cuartas elecciones en cuatro años, enmarcadas en un contexto difícil después de darse a conocer la sentencia contra los líderes independentistas, en la que doce líderes políticos y civiles fueron condenados —nueve de ellos con penas de prisión— por el intento de ruptura con España mediante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 en Cataluña.