"Hemos quedado en vernos en cuanto podamos", dijo la vicepresidenta del Gobierno y mano derecha de Sánchez, Carmen Calvo, tras ser preguntada sobre una posible reactivación de las negociaciones con la coalición izquierdista Unidas Podemos (UP), principal socio potencial del PSOE.
En línea de lo adelantado por Calvo, distintos medios locales publicaron que el PSOE pedirá a UP una reunión formal con la mayor premura posible para intentar desbloquear la situación.
En la votación celebrada el 23 de julio, el Congreso de los Diputados rechazó la investidura de Sánchez con 124 votos a favor, 170 votos en contra y 52 abstenciones.
La candidatura del líder socialista, claro ganador de los últimos comicios generales, fue apoyada únicamente por los 123 diputados de su grupo y por un diputado del Partido Regionalista Cántabro.
Ante el rechazo de conservadores, liberales y ultraderechistas, salvo sorpresas de última hora, las posibilidades de Sánchez para sacar adelante su candidatura pasa por alcanzar un acuerdo con Unidas Podemos, que pide entrar en el Gobierno a cambio de prestar los votos de sus 42 diputados para la investidura.
Todas estas fuerzas manifestaron su disposición a no bloquear la investidura si PSOE y UP llegan a un acuerdo de cara a la votación del 25 de julio, en la que a Pedro Sánchez le basta con conseguir una mayoría simple —más síes y abstenciones que no es entre los 346 diputados de la cámara— para ser investido.
Tras semanas sin apenas avance, el 19 de julio UP aceptó el veto impuesto por Sánchez contra el líder de la coalición izquierdista, Pablo Iglesias, al que pidió dar a un paso a un lado y descartar su entrada en el Consejo de Ministros para desbloquear las negociaciones de un Gobierno de coalición.
Durante el debate de investidura mantenido el 22 de julio, el propio Iglesias afirmó que el PSOE vetó la presencia de Unidas Podemos en ministerios estratégicos como Interior, Defensa, Exteriores o Economía, pero también en carteras como las de Hacienda, Trabajo, Transición Ecológica, Igualdad o Ciencia, deseadas por la coalición izquierdista para aplicar políticas sociales.
En concreto, Iglesias acusó a Sánchez de menospreciar a Unidas Podemos, intentando situar a sus representantes como "elementos decorativos" en el Gobierno.
Por otro lado, el 23 de julio varios medios locales afirmaron —citando a fuentes del PSOE— que Sánchez ofreció a Unidas Podemos la posibilidad de entrar al Gobierno ocupando varios ministerios e incluso ocupando una vicepresidencia especial de carácter social.
Si esa segunda votación también resulta infructuosa, el rey de España realizará una nueva ronda de consultas entre los partidos políticos para decidir si vuelve a proponer un candidato a la investidura o si, por el contrario, convoca unas nuevas elecciones.
Además, la votación fallida del 22 de julio pone en marcha el reloj para la repetición electoral: si el Congreso de los Diputados no consigue nombrar a un presidente en dos meses, los españoles deberán votar de nuevo.