"El presidente escuchará las propuestas y decidirá el equipo", reza un comunicado difundido por el PSOE entre los medios de comunicación.
Ese breve comunicado afirma que las negociaciones empezarán "por los contenidos" y el "programa", para dejar en un segundo plano las discusiones sobre la composición del Consejo de Ministros.
"Sin vetos ni imposiciones, Podemos llegar a un acuerdo", aseguran desde el PSOE.
De esta manera, Pedro Sánchez se abre a reactivar las negociaciones después del movimiento de Unidos Podemos, pero evita cualquier gesto que pueda ser entendido como un "sí" definitivo.
En una entrevista dada a la cadena de televisión La Sexta en la jornada del jueves, Sánchez afirmó que la presencia de Iglesias era el "único escollo" para la formación de un Gobierno de coalición.
Este veto se realiza desde la creencia de que la figura de Iglesias puede generar fisuras dentro del Ejecutivo a la hora de afrontar asuntos clave como la crisis territorial en Cataluña, donde mantiene posiciones divergentes con Sánchez.
Del mismo modo, en distintas ocasiones los socialistas afirmaron que la presencia de Iglesias crearía un Gobierno bicéfalo con varios liderazgos paralelos.
"Estar o no en el Consejo de Ministros no será un problema siempre y cuando no haya más vetos y la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno sea proporcional a los votos", dijo Iglesias este 19 de julio en un vídeo difundo en redes sociales.
En ese vídeo Iglesias descarta su entrada en el Gobierno pero pide que el reparto de ministerios sea proporcional a la relación de escaños entre Unidos Podemos y PSOE.
Esto quiere decir que Unidos Podemos reclama ocupar un tercio de los asientos en el Consejo de Ministros.
A lo largo de las últimas semanas, Unidos Podemos afirmó que su intención no es ocupar ministerios estratégicos como Defensa, Interior o Exteriores y centró sus exigencias en carteras desde las que poder aplicar políticas sociales.
La renuncia de Iglesias da un vuelco a la situación y reactiva las negociaciones para formar Gobierno a pocos días de la sesión de investidura de Pedro Sánchez, que el lunes 22 de julio presentará su programa ante el Congreso de los Diputados.
Actualmente, Sánchez sólo tiene garantizados los 123 votos del PSOE y uno del Partido Regionalista Cántabro
En caso de cuajar un acuerdo con Unidos Podemos, la candidatura de Sánchez obtendría otros 42 apoyos, elevando la cuenta de votos favorables a 166, lo que allanaría el camino para que distintas fuerzas regionalistas e independentistas faciliten la investidura.
En caso de no conseguir mayoría absoluta en la primera votación, Sánchez todavía podrá ser investido en una segunda votación con una mayoría simple en la que el número de síes y abstenciones sea mayor que el de votos en contra.