"Para recuperar nuestro espacio electoral no tenemos que movernos sitio, tenemos que mantener esas raíces hondas, fortalecer el tronco de nuestros principios y abrir las ramas de nuestras ideas para cobijar a cuanta más gente mejor", dijo Casado durante su intervención.
"Somos la casa común del centro derecha y reformista liberal al servicio de España", dijo el líder del PP, que abogó por que su partido se ofrezca como "punto de encuentro" para reunir el voto de todos aquellos que se sitúen a la izquierda del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
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"El problema es la desunión de la inmensa mayoría que ama a España, y nosotros tenemos que ofrecernos como el punto de encuentro de esa mayoría", añadió.
Sin embargo, reiteró su voluntad de no vetar ningún tipo de acuerdo con la extrema derecha y manifestó su rechazo a los "cordones sanitarios" y "exclusiones tácticas" propuestos por otras formaciones políticas.
"Enemigos de la nación"
Una parte importante del discurso de Casado estuvo centrada en endurecer el tono contra sus rivales políticos, focalizando sus críticas sobre todo en el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, pero sin olvidar a Podemos o al independentismo catalán.
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En concreto, se refirió a los representantes de estas opciones políticas como "enemigos de la nación" y volvió a criticar duramente a Sánchez por apoyarse en ellos para llegar al Gobierno.
A su modo de ver, el Partido Popular es la única fuerza que puede "liberar a España" de la "amenaza nacionalista" y de la "rendición socialista", cuyo Gobierno es "rehén" del independentismo tras "vender a España por un plato de lenteja".
En cuanto a la izquierda, afirmó que sus políticas someten a España a un "intervencionismo orwelliano" que limita la libertad individual con un "afán colectivista" que persigue "el igualitarismo y la mediocridad".
Incluso llegó a afirmar —en referencia a los intentos por derogar la prisión permanente revisable instaurada por el PP— que "el PSOE y sus aliados quieren que los condenados por delitos monstruosos" como "asesinos, violadores y pederastas" salgan a la calle para reincidir.
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El espíritu de la subida de tono en las críticas a sus rivales responde a la idea de Casado de que el Partido Popular debe explicar sus posiciones "sin complejos" y "sin miedo a decir lo que se piensa".
Ilegalizar el independetismo
Casado utilizó su intervención durante el congreso del PP para repasar parte de las propuestas formuladas desde su llegada a la presidencia del Partido Popular el pasado en verano.
En primer lugar, Casado propone que el Gobierno central active de inmediato el artículo 155 de la Constitución para destituir al Gobierno autonómico en Cataluña y asumir sus competencias "sin límite de tiempo".
Del mismo modo, propone reformar el Código Penal para penalizar de forma específica la convocatoria de referéndums y modificar la ley de partidos para ilegalizar partidos que defienden la violencia, algo que en su opinión hacen los independentistas.
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En un espectro más general, Casado resumió el espíritu de sus propuestas afirmando que desea "devolver libertad" y "limitar el Gobierno" bajo "los principios del pensamiento liberal conservador".
Sobre la salida del Reino Unido de la UE, Casado criticó que Sánchez no haya sido capaz de aprovechar la coyuntura para conseguir la cosoberanía de Gibraltar.
Finalmente, llamó a "recuperar el vínculo especial con Latinoamérica" y reivindicó la democracia en Nicaragua, Venezuela y Cuba, asunto que centró buena parte de los actos durante la Convención Nacional del PP.
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En suma, las propuestas y el tono de discurso de Casado confirman el giro a la derecha de su partido de cara a las elecciones municipales y europeas del próximo mes de mayo, un giro condicionado por el auge de Vox y por la llegada de los socialistas al Gobierno, que este verano colocó al PP en la oposición tras siete años al frente del Ejecutivo.