"Él vivía en Brasil como si fuese un ciudadano venezolano, tenía su documento nacional de extranjero", comentó en rueda de prensa el comisario de la Policía Federal brasileña Disney Rosseti, acompañado de efectivos españoles que también participaron en esta operación conjunta, liderada por la Interpol.
Los investigadores empezaron a desconfiar de que esa fuera su verdadera identidad en 2011, cuando no renovó su documentación, y desde entonces empezaron a cruzar datos con autoridades de Argentina, Chile, Venezuela y Bolivia, los países por los que pasó desde que se fugó de España en 1994, que permitieron su captura.
Actualmente vivía en el barrio de Barra Funda de Sao Paulo, en la zona oeste de la ciudad, con su compañera sentimental, una mujer brasileña que al parecer no estaba al corriente de su pasado delictivo, y trabajaba como conductor de Uber.
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Ahora, el Gobierno español deberá reiterar la petición de extradición a las autoridades brasileñas para que cumpla lo que le queda de condena (3.855 días, diez años y medio), aunque los agentes que participaron en la operación aseguraron que seguramente sumará más años por quebrantamiento de la sentencia.
La matanza de Atocha fue perpetrada por un grupo de ultraderechistas contra los abogados que asesoraban al sindicato Comisiones Obreras (CC.OO) y al Partido Comunista de España (PCE), que en 1977 aún seguía siendo ilegal, y marcó los años de Transición entre la dictadura de Francisco Franco y la democracia.