El crucero Marshal Ustinov fue el primero en volver a Ceuta después de la pausa. Se prevé que pronto a él se le unirán el buque cisterna Dubna y el remolcador SB-406.
Fue en 2016 cuando la Alianza Atlántica exigió que las embarcaciones de la Armada rusa no tuvieran acceso al puerto. Los medios locales constatan que la iniciativa afectó negativamente a la economía de la ciudad.
Anteriormente, entre 2011 y 2016, un total de 62 buques rusos visitaron el puerto español. Según la estadística, en 2014 alrededor de 2.300 marinos rusos desembarcaron en Ceuta y cada uno cambió alrededor de 450 euros (510 dólares) para gastarlos en tiendas y restaurantes locales.
"Es importante para la economía de la ciudad debido al dinero que los marineros rusos se dejan durante su permanencia en Ceuta", comentaron las autoridades portuarias en un comunicado.
Además, cada barco militar se abastece de diésel y agua dulce durante el atraque. En total, cada visita de un buque ruso solía aportar alrededor de 300.000 euros (340.000 dólares) a las arcas de la ciudad.
"Con su regreso se continúa en la senda iniciada hace varios años gestionando la llegada de buques rusos para las oportunas labores de avituallamiento que, sin duda, producen reflejo y repercusión en la economía comercial local", se ha congratulado.
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En vísperas de la llegada del crucero ruso, el laboratorio de ideas estadounidense The Heritage Foundation se pronunció en contra de la futura vuelta de barcos a Ceuta y la consideró "particularmente preocupante" por la proximidad del puerto con Gibraltar.
