El exmandatario llegó tal día como hoy hace un año a Bruselas acompañado de varios miembros de su Ejecutivo tres días después de que el Parlamento de Cataluña aprobase la declaración de independencia y con el fin de eludir la acción de la Justicia española, que poco después reclamó su extradición por supuestos delitos de rebelión y malversación de fondos relacionados con la organización del referéndum unilateral de autodeterminación del 1 de octubre de 2017.
Desde entonces, Puigdemont realizó diversos viajes por Europa, entre ellos a Copenhague (Dinamarca), Ginebra (Suiza) o Helsinki (Finlandia), participando en debates y conferencias con el objetivo de internacionalizar la causa independentista.
Fue precisamente retornando desde Helsinki a Bélgica cuando el político independentista fue detenido por las autoridades alemanas tras cruzar la frontera con Dinamarca y, después de pasar unos días en prisión provisional, hubo de permanecer en el país hasta que el Tribunal de Schleswig-Holstein (norte de Alemania), que llevaba su caso, desestimó la extradición por un supuesto delito de rebelión.
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El expresidente catalán retornó entonces a Bruselas, donde estableció la llamada Casa de la República en Waterloo, la sede del futuro Consejo de la República que el Gobierno de Cataluña presentará oficialmente la tarde de 30 de octubre.