José Bravo, un turista estadounidense de ascendencia cubana, de 45 años, declaró a Telecinco que en esta visita —la primera a España— se lleva "una mala experiencia".
"Este país se está convirtiendo en el tercer mundo, eso es culpa de los políticos", lamentó.
"Me quiero ir de Barcelona porque tengo miedo", confesó el turista.
La víctima describió el incidente a las cámaras: "Crucé la plaza para defenderla, la estaban atacando los africanos brutalmente, a una mujer sola, yo miraba y veía que nadie la defendía", relató Bravo al agregar que "fue para matarme" ya que le golpearon "en una vena que va a la cabeza".
"Me quisieron matar, cuando dejaron de pegarme empezaron a darme con el cinto con una hebilla", explica.
Además, reveló que "el grupo de personas que iba conmigo también fue agredida, mi sobrina, que es una niña, también fue agredida".
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Según manifestó el turista, probablemente no regresen nunca a Barcelona.
"Está muy peligrosa la vida en esta ciudad", opinó.
El turista estadounidense intercedió a favor de la mujer, que estaba siendo insultada, cuando los vendedores lo golpearon con un cinturón, causándole uno de los golpes una herida profunda y sangrante por un corte en la femoral realizado con la hebilla.
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La víctima de la agresión fue trasladada de inmediato al Hospital Clínic, donde se le trataron las heridas y fue dada de alta la misma noche.
El suceso, y la difusión de las imágenes de la acera ensangrentada, reabrieron el debate sobre la venta ambulante en Barcelona, que la oposición considera que degrada la imagen de la ciudad; fuentes del consistorio alegan que la alarma social está creada por los medios de comunicación y obedece a intereses partidistas.