"Este Gobierno asume el compromiso de avanzar de acuerdo con el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre; es decir, de construir un estado independiente en forma de república, un mandato que fue validado en las elecciones del 21 de diciembre", dijo Torra tras la toma de posesión de sus consejeros.
Según datos del Gobierno catalán, en la consulta del 1 de octubre —declarada ilegal por el Tribunal Constitucional de España— votaron un total de 2,2 millones de personas (el 43% del censo), dando un respaldo del 90% a la opción independentista.
A la luz de los resultados del referéndum, el entonces presidente catalán, Carles Puigdemont, adoptó una declaración de independencia que fue ratificada el 27 de octubre por el Parlamento regional.
Ese movimiento fue respondido desde Madrid con la activación del artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno central —previa autorización del Senado—, la activación de medidas contra comunidades autónomas declaradas en desobediencia ante la legalidad estatal.
Este sábado 2, medio año después de las elecciones del 21 de diciembre, se constituyó finalmente el nuevo Gobierno catalán, lo que pone fin a la aplicación del 155.
"Se acaba el 155 sin euforia porque estamos muy lejos de donde querríamos estar", dijo Torra tras la toma de posesión de sus consejeros.
En su discurso, además de reafirmar su intención de seguir avanzando hacia una república independiente, Torra prometió que gobernará también para los catalanes no independentistas.
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Según explicó, una de las primeras medidas que adoptará su gabinete es la recuperación de las leyes catalanas de carácter social que durante la pasada legislatura fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional tras la presentación de una serie de recursos por parte del Gobierno español.