"Puigdemont no tuvo la buena entrada de su predecesor, Artur Mas, en ambientes empresariales, pero ahora mismo se prefería que residiese en Waterloo antes que en una prisión alemana esperando la extradición, sobre todo si no hubiera impedido la formación de un gobierno en Cataluña", explica al medio una fuente próxima a la Cámara de Comercio de Barcelona.
La detención de Puigdemont en Alemania fue seguida por acciones de protesta en Cataluña, incluyendo el corte de carreteras y vías de ferrocarril y una manifestación frente a la Delegación del Gobierno en Barcelona que terminó en disturbios y un centenar de lesionados.
El dirigente independentista se trasladó en octubre de 2017 a Bélgica para evitar su posible detención por parte de las autoridades españolas, luego que la Justicia española lo acusase de alentar desde su cargo un movimiento de "insurrección activa" con el objetivo de proclamar la independencia de Cataluña, cargo al que después se sumaron los de malversación de fondos y "rebelión".