Según fuentes gubernamentales citadas por este diario, el independentismo puede otorgar a Puigdemont cualquier distinción honorífica mientras no haya "reconocimiento administrativo ni económico a cargo del erario público".
En los últimos días, los partidos independentistas mantuvieron diversas reuniones para buscar la fórmula de investir a Puigdemont —cuya coalición fue la más votada entre las fuerzas soberanistas en las elecciones de diciembre— sin cometer ninguna ilegalidad que pueda derivar en una futura suspensión.
Entre los planes que maneja el indepdendentismo se encuentra la posibilidad de otorgar una presidencia simbólica a Puigdemont en Bruselas mientras que un Gobierno constituido conforme a la legalidad española trabajaría desde Barcelona.
Para tal fin, una asamblea de cargos electos, formada por diputados y alcaldes de municipios catalanes, se trasladaría hasta Bruselas para reconocer a Puigdemont como presidente.
Mientras, en paralelo, los partidos independentistas nombrarían a un candidato de consenso entre los diputados en el Parlamento para dirigir el Ejecutivo autonómico, que seguiría las directrices del Gobierno en Bruselas.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, instó al Parlamento de Cataluña a investir a "un presidente normal" que no esté "incurso en procedimientos judiciales" y pueda "ejercer su cargo".