El crecimiento es una décima menos que en 2016 y 2015.
El Producto Interior Bruto (PIB) catalán aumentó un 0,8% en los tres últimos meses del año, lo mismo que en el trimestre anterior, a pesar de que este período fue el más marcado por la crisis política catalana y el traslado de sedes de empresas fuera de la comunidad después del referéndum soberanista celebrado el 1 de octubre.
Estos datos implican que la economía catalana para el global del año se situó tres décimas por encima del conjunto de España y un punto por encima de la media de la zona euro.
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Según el Gobierno catalán, los resultados de los tres últimos ejercicios "configuran una fase de fuerte crecimiento de la economía catalana".