"En la espiral del conflicto en Cataluña, lo razonable sería resolver un conflicto político real mediante el diálogo y la negociación, sin exasperar los ánimos extremistas en las calles, ni la tergiversación de la información que lo vuelve más complicado", dijo la experta, posgraduada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona, capital catalana.
Se debe analizar tanto el papel del Gobierno central de Mariano Rajoy como del Ejecutivo de la Generalitat de la comunidad autónoma catalana, que encabeza Carles Puigdemont.
"Resulta inconcebible a estas alturas del siglo XXI la forma en que la situación se tensó cada vez más, y las declaraciones Rajoy y del presidente catalán Puigdemont la llevaron a un extremo", dijo la académica de la Universidad de las Américas.
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El conflicto se colocó en el límite cuando las cortes españolas declararon ilegal el referendo de llamado 1-O.
"Sin entrar en el debate de la legalidad o ilegalidad del referendo, si las cortes habían declarado ilegal el referendo, no había ninguna justificación para ejercer la violencia del Estado", sostuvo Buxadé.
"Bastaba con desconocer el resultado, sin necesidad de reprimirlo, porque resultó contraproducente, exacerbó los ánimos del nacionalismo", afirmó.
De lado del independentismo catalán, también ha comenzado una deriva, luego de que Puigdemont, validó el resultado del 1-O como "un mandato" para que Cataluña "se convierta en un Estado independiente en forma de República".
"Tampoco los independentistas son santos o muy lúcidos, la postura de Puigdemont ayer es decepcionante para los propios independentistas", dijo la analista.
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El presidente catalán dejó en suspenso la declaración de independencia para "un diálogo que haga posible llegar a una negociación acordada" con el Gobierno central.
La manipulación de la prensa
Para comenzar, "en ese clima de polarización intervienen con un papel controversial las redes sociales, como ocurre recientemente en todas la tragedia y situaciones de contingencia, con noticias falsas".
La ola de manipulación ahora se expresa en "la difusión de imágenes falsas que no corresponden a Cataluña sino a otros tiempos y lugares".
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La cobertura de la prensa de calidad también sale lastimada: "la polarización se ha extendido, y ha alcanzado incluso a los periódicos de prestigio como El País de España", citó como ejemplo.
"En la cobertura son notables los bandos; entre los enfoques monarquitas e independentistas se pierde el equilibrio y el pluralismo", lamentó.
Buxadé consideró no solo sorprendente sino "preocupante" este tipo de fenómenos en la comunicación contemporánea.
"A estas alturas del siglo XXI, con los desarrollos tecnológicos actuales, la ciudadanía debería estar mejor informada, para comprender los hechos, en vez de la adulteración en la cobertura", sostuvo.
Riesgo de "balcanización"
Para la académica, "el riesgo es que se pueda balcanizar la crisis, de manera que algunos comentaristas han comenzado a mencionar otros casos extremos, como la ex Yugoslavia".
En lo interno, "lo más complicado es la viabilidad económica, que se ve comprometida con la salida de la banca y las grandes empresa de Barcelona", señaló.
En el plano externo, "los independentistas no han logrado ningún reconocimiento internacional, sino desconocimientos", como el caso de la Unión Europea y México, que no reconocen la legalidad de una declaración de independencia catalana.
Ese tipo de desprendimientos no existen en el imaginario del público en México, "porque desde la perspectiva mexicana es difícil entender un proceso independentista, siendo una federación históricamente consolidada".
Los cinco años que estudió en la Universidad Autónoma de Barcelona le permitieron "conocer un nicho académico independentista, con clases en catalán y profesores de esa orientación", donde predomina un discurso que refuerza el secesionismo.
En cambio, esos temas son lejanos para un público latinoamericano, a pesar de los vínculos históricos con España desde la época colonial.
"Para un público mexicano, si una provincia o Estado quisiera su independencia, lo único que se viene a la mente es la península de Yucatán (sureste), que nadie tomaría hoy en serio", ilustró Buxadé.
Ese estado fue el último territorio federal en la península del mismo nombre, frente al Caribe, configurado en 1902, entonces remoto y desconectado.
"Aparte de eso, nunca hemos tenido el tema de independencia de los estados", puntualizó.
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Rajoy, dio cinco días a Puigdemont, para que aclare si declaró o no la independencia.