"Les invito a que veamos la forma de que las cosas vayan lo mejor posible. No pido un cheque en blanco, pido madurez, que podamos decirle a los españoles que contamos con un Gobierno que pueda gobernar", aseguró Rajoy.
"Diálogo sí, pero no nos equivoquemos, hemos de negociar dentro de los límites que la realidad nos impone a todos, que no tienen que ver con el color del Gobierno. A mí no me está permitido negociar la unidad de España", insistió.
En su breve discurso el líder conservador insistió en que "quiere un Gobierno previsible" y que no puede "retrasarse más".
"Son incontables las iniciativas empresariales y económicas que llevan meses en suspenso, pendientes de que se despeje el panorama, de que se ofrezca algo más que una investidura desnuda", apuntó.
Si todo transcurre según lo previsto, Rajoy será investido gracias al apoyo de su partido, de Ciudadanos y Coalición Canaria y a la abstención del PSOE.