El letrado, en declaraciones a los medios a las puertas de su oficina en Barcelona, ha dicho que ha recomendado a su defendida "lo que a todos: serenidad y tranquilidad".
Cristina, que vive con su familia en Ginebra, se sentará el próximo lunes en el banquillo de los acusados, imputada por ser cooperadora necesaria en dos delitos fiscales de su esposo, Iñaki Urdangarin.
Roca ha explicado que su estrategia "es la normalidad y tener confianza en la aplicación de la ley", y ha opinado que está “sobradamente” demostrado que la justicia es igual para todos.
El abogado espera que el juicio, que durará seis meses, no esté condicionado por la presión de los medios de comunicación.
"Espero, deseo y estoy convencido de que la sala no estará sujeta a ningún tipo de presión mediática".
Roca ha avanzado que la defensa de la Infanta esgrimirá "la falta de legitimación activa por parte de Manos Limpias (un sindicato de ultraderecha) como acusación popular".
Preguntado por si la Infanta debería divorciarse de Urdangarin ante las acusaciones que se vierten sobre él, ha apuntado: "No nos tiene que doler que las parejas se entiendan y se quieran".
El juicio se realizará, por motivos de seguridad y de espacio, en la Escuela Balear de Administración Pública de Palma de Mallorca.
Se les acusa de tráfico de influencias, prevaricación, malversación, fraude, delitos fiscal, blanqueo, estafa y falsedad.
El fiscal pide 19,5 años de cárcel a Urdangarin, un deportista de élite que se casó con Cristina de Borbón en 1997.
Cerca de 600 profesionales de 84 medios de comunicación seguirán el juicio, en una sala que prevé asientos para 36 personas que asistirán como público y otros 120 puestos para periodistas en una sala de prensa.