España blinda la frontera sur de Europa

La seguridad en el sur de España se ha intensificado de manera discreta, pero evidente tras la cadena de atentados yihadistas que sufrió París el pasado 13 de noviembre que dejaron 130 muertos.

Según publica hoy el diario La Vanguardia, la Policía Nacional y Guardia Civil que controlan las fronteras "invierten ahora mucho más tiempo en la comprobación exhaustiva de los documentos de quienes intentan acceder a España, por tierra, en vehículo o por mar, así como en la inspección de todo tipo de bultos y equipajes".

Los agentes de las fuerzas de seguridad portan desde el pasado lunes chalecos antibalas y exhiben un mayor número de armas con una "intención disuasoria", según fuentes policiales.

El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, reconoce que se han activado "importantes medidas de seguridad en los lugares clave, aunque no podemos entrar en detalles para no comprometer la eficacia de estas".

Pero las autoridades andaluzas, así como las de Ceuta y Melilla, las dos ciudades autónomas españolas situadas en el norte de África, recuerdan que "ni Andalucía en general, ni ninguno de los enclaves españoles en el norte de África, se encuentran en un nivel por encima de la amenaza que se vive en el resto del país", que se sitúa en el nivel 4 de alerta antiterrorista.

El coronel Manuel Núñez, jefe de la Comandancia de Algeciras (sur de España), pide confianza en la experiencia de la Guardia Civil demostrada en la lucha contra el terrorismo.

"Estamos en contacto con las policías de Francia, Marruecos y Portugal. Un trabajo codo con codo que se ha incrementado para aumentar la eficacia de las medidas que se aplican en estos días", señala al diario La Vanguardia.

De momento las horas para poder acceder a Ceuta y Melilla, donde cada día pasan la frontera unos 15.000 personas en cada ciudad, han pasado de los 60 minutos a más del triple.

Un informe del Instituto Elcano señala que el 76 por ciento de los presuntos radicales detenidos en España desde el 2013 han nacido en Ceuta y Melilla.

Además, el servicio secreto marroquí indica que 3.000 personas han vuelto al país tras combatir en Siria, Libia o Iraq.

La mayor parte de ellos viven actualmente en Tánger, Nador, Castillejos y Tetuán, muy cerca de Ceuta y Melilla, informa el diario.