Felipe VI ha visitado a las tropas españolas en la base militar Miguel de Cervantes, en la localidad libanesa de Blat, junto a Marjayún, en el sur del país, muy cerca de la frontera con Israel.
Este movimiento atacó al Ejército israelí después de que Israel bombardeara el 18 de enero un convoy de Hizbulá en el que viajaban también militares iraníes, en Siria, y matara a seis personas.
Según un informe instruido por el Estado Mayor de la Defensa de España, el proyectil que mató al cabo Soria no fue un disparo aislado y el Ejército israelí empezó bombardeando lejos de la posición de la FINUL donde estaban los españoles para acabar acercándose a ella intencionadamente.
El informe, publicado por el diario español El País, indica también, según los testimonios de soldados presentes en el lugar y el momento del ataque, que las fuerzas israelíes utilizaron bombas de racimo, prohibidas por un tratado internacional que Israel no ha firmado.
Acompañado por el ministro de Defensa español, Pedro Morenés, Felipe VI ha llegado a Marjayún en helicóptero procedente de Beirut, la capital libanesa, donde ayer mantuvo un encuentro con 350 personas de la comunidad española en Líbano, se reunió con el primer ministro libanés, Tamam Salam, y cenó con él y el vice primer ministro libanés, Samir Mokbel, además de otros miembros del Gobierno del Líbano.
Mokbel ha recibido esta mañana en la base militar a Felipe VI junto al comandante de la FINUL, Luciano Portolano, y el jefe de la Brigada Multinacional del Sector Este, Antonio Ruiz Olmos.
"Todos nos sentimos profundamente orgullosos del trabajo que nuestros hombres y mujeres están realizando (en Líbano) (…) El compromiso de España con este objetivo es firme y decidido, y por ello continuaremos apoyando a las Fuerzas Armadas libanesas a través de nuestra participación en la FINUL", ha dicho el monarca.
España envió inicialmente a Líbano 1.100 efectivos en 2006 para contribuir a observar el cese de hostilidades entre las partes libanesa e israelí, acompañar y apoyar al Ejército libanés y asegurar el acceso de la población a ayuda humanitaria y a volver a casa de forma segura a aquellos desplazados por la última guerra, en 2006, entre Israel y Hizbulá, y por extensión, todo el Líbano, que sufrió fuertes bombardeos israelíes.
En los ocho años de presencia del Ejército español en el sur del Líbano han muerto trece militares españoles de la FINUL, integrada por casi 10.400 militares de 38 países.