En dos conversaciones grabadas por la soldado con su móvil, su superior le insta a que se vaya del Ejército porque no es "digna" de él y le está haciendo "un flaco favor a España".
"No eres digna de estar en el Ejército español, lo sabes ¿no? Porque tú todos los meses cobras ¿verdad? No eres digna de poder entrar en esta compañía, yo entiendo que la gente, entras y te odian, es que es lógico, es que es lógico, es que no estás funcionando, es que no vienes a trabajar; para mí, solo merecéis todo, todo mi desprecio, tú como muchísimos que hay en la mili y el Ejército, porque nos estáis robando, porque al final yo y el teniente, y toda la gente nos tenemos que retirar a los 67 años, porque hay una panda de vagos", se escucha en la conversación grabada.
La mujer ingresó en el Ejército en 2009 y la primera baja se produjo dos años después.
En 2012, sufrió un accidente durante una instrucción por lo que fue operada de las rodillas.
Tras el alta, volvió a pedir la baja por "un trastorno adaptativo mixto por estrés laboral, siendo su causa externa, sin apreciar debilidad o predisposición para ello".
Según las grabaciones, el militar recomendó a su subordinada que pensara si valía o no "para la mili".
"Búscate las habichuelas y sé sincera contigo misma", le dijo, y sugirió que si regresaba debía hacerlo dando "el mil por cien": "cuando vengas, ven a morir, y si no vete 'pa' casa a morir también", agregó.
En otra conversación, al saber que estaba embarazada, el militar le contestó que la soldado merecía todo su "desprecio".
"No está en mi mano mandarte 'pa' la puta calle pero, si estuviera, ya estarías allí", añadió.
Sin embargo, el Alto Tribunal estimó que las pruebas no tienen suficiente gravedad como para considerarse trato "vejatorio", aunque recomienda una sanción disciplinaria para el capitán.
La sentencia consideró probado que la soldado "no dio muestras en ningún momento durante el transcurso de las dos conversaciones mantenidas con el acusado de sentirse humillada o envilecida por las palabras del capitán".
La resolución cuenta con el voto particular de dos de los cinco magistrados de la Sala, que defendieron que el capitán debió ser condenado a 4 meses de prisión por delito de abuso de autoridad, en su modalidad de trato degradante a una subordinada.
Estos dos jueces consideraron que el capitán usó "expresiones vejatorias, despectivas, humillantes e injuriosas, tildándola de no ser digna de estar en la Compañía y en el Ejército español, de ser vaga, de estar robando y de no hallarse enferma, añadiendo que la considera merecedora de todo su desprecio, todo ello porque, a pesar de sus esfuerzos y de los medios utilizados, no había logrado que se sometiera a su arbitrario capricho y accediera a solicitar la baja en las Fuerzas Armadas".
