El nuevo plan estipula que Brufau siga como presidente de la compañía “con un esquema equivalente al que se produce en otros grandes grupos internacionales cotizados, especialmente de corte anglosajón, que para ese cargo usan el término de chairman”, revela hoy el diario económico Expansión.
Desde ese puesto, “Brufau no se ocupará del día a día, pero sí de la estrategia a medio y largo plazo, las relaciones institucionales con la Administración, accionistas y otros grupos de interés (stakeholders), y de la vigilancia del primer ejecutivo”.
Por su parte, Imaz, presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) desde 2004 hasta que abandonó la política en 2007, se apoyará en su segundo, Luis Cabra, actual director general de exploración y producción.
Según el diario, Cabra asumiría el papel de chief operating officer (director general de negocio), una figura que Brufau ha usado ya dos veces en los últimos años.
Imaz llegó a la multinacional de la mano de Brufau y en mayo del año pasado fue nombrado consejero delegado.
El nuevo hombre fuerte se encargaría de la supervisión directa del área financiera, de la de comunicación, de la secretaria del consejo y de la Fundación Repsol.
La compañía española obtuvo en 2014 un beneficio neto de 1.612 millones de euros, apoyada en la fortaleza de su modelo de negocio integrado.
Este resultado supone un 724% de aumento respecto a los 195 millones de euros registrados en 2013, ejercicio en el que la compañía tuvo que realizar saneamientos extraordinarios derivados de la expropiación de YPF.
Según informó la empresa a finales de febrero, el beneficio neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 1.707 millones de euros, lo que supone un aumento del 27% respecto al año anterior.
Este resultado resulta especialmente significativo si se tiene en cuenta la complejidad del contexto, caracterizado especialmente por la abrupta caída de los precios internacionales del crudo en el segundo semestre del año, con un efecto negativo en el resultado neto del ejercicio de 606 millones de euros, y la interrupción de la actividad en Libia, informa el comunicado.
