Entre algunas de las enmiendas que propone la derecha española está castigar los escraches o la alteración del pleno parlamentario en los casos más graves.
Los conservadores proponen que sea terrorismo cualquier delito que "persiga influir o condicionar de modo ilícito la actuación de cualquier autoridad nacional o extranjera".
"En el articulado propuesto no hay referencia expresa a los escraches pero, según fuentes jurídicas consultadas, de aprobarse el nuevo Código Penal en los términos que pretende la formación de Mariano Rajoy, parece evidente que se está abriendo la puerta a considerarlos como un delito de terrorismo, cuando en su desarrollo se produzca algún delito grave", señala eldiario.es que ha tenido acceso al contenido de las enmiendas.
Los escraches son conocidos en Argentina, España y Uruguay como un tipo de protesta en la que los activistas se manifiestan en el domicilio o en el lugar de trabajo de la persona o personas a las que se quiere denunciar.
El PP quiere dejar claro que se considerará "terrorismo", "la comisión de cualquier delito grave que pretenda alterar gravemente o de cualquier otro modo la paz social".
"Determinados escraches excesivamente agresivos los estarían convirtiendo en terrorismo en función de la reforma legal planteada", asegura Juan Antonio Lascuraín, catedrático de Derecho Penal de la Autónoma, a eldiario.es.
El experto también afirma que el PP "usa términos extraordinariamente abstractos".
Otro de los aspectos que el Ejecutivo conservador quiere añadir en esta reforma son los delitos que "persigan alterar gravemente el funcionamiento de las estructuras básicas políticas", que también será considerado terrorismo.
Este aspecto está relacionado con las manifestaciones realizadas por la ciudadanía en los últimos años, en la legislatura del PP, en zonas próximas al Congreso de los Diputados.
Los partidos de izquierda han denunciado los recortes a la libertad que puede conllevar el nuevo marco jurídico en la lucha contra el yihadismo.