De acuerdo a estas comunicaciones, la astronauta estadounidense Kathleen Rubins colocó sensores inalámbricos en la cámara intermedia del módulo Zvezda en la que fue localizada la grieta responsable de la fuga de aire.
Los sensores permitirán medir las cargas sobre el compartimento agrietado generadas durante la corrección de la órbita del laboratorio espacial.
El problema de la fuga de aire fue detectado en la EEI en septiembre de 2019. Un año después, la velocidad de la fuga se quintuplicó de 270 a 1.400 gramos de aire al día.
A finales de septiembre pasado, se descubrió que la pérdida de presión se debía a alguna grieta en el módulo Zvezda.
Roscosmos aseveró que la fuga de aire no supone amenaza para la vida de los tripulantes de la EEI ni para el vuelo de la plataforma orbital.
Además de Kathleen Rubins, la tripulación actual de la estación la integran los rusos Serguéi Rízhikov y Serguéi Kud-Sverchkov.