Las ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas del inglés) representan uno de los misterios más fascinantes del espacio. Son una descarga de radiación electromagnética extremadamente poderosas, equivalente a la que emiten 500 millones de soles, usualmente provenientes de otras galaxias en el espacio profundo.
Descubierta por primera vez en el 2007, estas señales duran menos que un abrir y cerrar de ojos, tan solo milisegundos, y la mayoría nunca llega a repetirse, razón por la cual es difícil predecir, rastrear su trayectoria y, por lo tanto, entender su naturaleza.
En ese mismo momento, otros observatorios alrededor del mundo detectaron una explosión de ondas de radio increíblemente brillantes proveniente del magnetar SGR 1935+2154, ubicado en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, a 30.000 años luz de la Tierra. Además, los observatorios de rayos X globales también registraron un considerable incremento de la señal.
El magnetar SGR 1935+2154, o magnetoestrella, es una estrella de neutrones con un campo magnético extremadamente fuerte. Su particularidad radica en que emite enormes cantidades de alta energía en forma de rayos X y rayos gamma en breves destellos relámpagos.
Los astrónomos no se apresuran en enlazar los diferentes eventos detectados y actualmente se encuentran analizando los datos para verificar su relación. Pero ahora muchos expertos parecen sospechar que las FRB podrían tener el mismo origen que las otras señales de radio detectadas.
Transient phase space plot now with the SGR 1935+2154 lower limit from STARE2. I think the interpretation writes itself. pic.twitter.com/8ScrlcyqLW
— An Dr. Evan Ó Catháin🅾️ (@evanocathain) April 29, 2020
El astrónomo Shrinivas Kulkarni, del Instituto de Tecnología de California, coincide en que el descubrimiento de una señal tan potente en nuestra galaxia puede corroborar finalmente la hipótesis de que los magnetares son las fuentes que producen las FRB.
"Esto, en la mente de la mayoría de las personas, establece que el origen de los FRB proviene de magnetares", confirmó Kulkarni al medio especializado ScienceAlert.
El astrónomo subraya que todos las FRB detectadas hasta ahora han sido extragalácticas y nunca han estado acompañadas de señales de rayos X o gamma, porque ese tipo de ondas es indetectable desde tan lejos. Sin embargo, la señal del 28 de abril es diferente, debido a que proviene de una estrella ubicada en nuestra propia galaxia y así se pudo establecer la relación de la FRB con la señal de los rayos X y gamma.