Los científicos pueden medir las supernovas usando dos escalas: la energía total de la explosión, y la cantidad de esa energía que se emite como luz observable o radiación.
La SN2016aps es tan extraña que Nicholl y sus colegas piensan que puede ser una supernova de "inestabilidad de pareja pulsátil", en la que dos grandes estrellas se fusionan antes de que todo el sistema explote. Tales eventos son una hipótesis, pero los astrónomos nunca han confirmado su existencia de manera observacional.
La SN2016aps fue descubierta en 2016, por el Telescopio de Reconocimiento Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida en Hawai. Nicholl y su equipo siguieron el evento durante dos años con el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y una variedad de instrumentos en tierra, observando cómo el brillo de la supernova se desvanecía a solo el 1% de su pico.
De esta manera, el equipo determinó que gran parte del brillo de la SN2016aps probablemente se derivó de una interacción entre la supernova y una capa de gas que la rodeaba. Antes de explotar, las estrellas gigantes experimentan violentas pulsaciones, que expulsan tal gas al espacio.
"Si la supernova tiene el tiempo correcto, puede alcanzar esta cáscara y liberar una enorme cantidad de energía en la colisión", dijo Nicholl. "Creemos que es uno de los candidatos más convincentes para este proceso que se ha observado hasta ahora, y probablemente el más masivo".
Además, los investigadores calcularon que el sistema de supernovas tenía entre 50 y 100 veces la masa del sol.
"Una explicación es que dos estrellas ligeramente menos masivas de alrededor, digamos 60 masas solares, se habían fusionado antes de la explosión. Las estrellas de menor masa se aferran a su hidrógeno por más tiempo, mientras que su masa combinada es lo suficientemente alta como para desencadenar la inestabilidad del par", concluyó.
El nuevo estudio se publicó en la revista Nature Astronomy.