"Desde nuestro punto de vista, los fabricantes de las naves Dragon-2 y Starliner han realizado hasta ahora una cantidad insuficiente de pruebas como para que podamos someter a nuestra tripulación a un vuelo en esos equipos", dijo el funcionario.
Vlásov agregó que será posible llevar a cabo ese propósito solo después de que se efectúen controles a gran escala de todos los sistemas.
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El director de la entidad rusa aseguró que la necesidad de inspecciones y pruebas exhaustivas fue planteada por los especialistas de Rusia también recientemente en una reunión de la comisión ruso-estadounidense.
"Expresamos nuestros temores y transmitimos la idea de que ni los cosmonautas rusos, ni los astronautas estadounidenses deberían participar en vuelos de nuevas naves comerciales hasta que se no complete la gama completa de pruebas", destacó.
"Ellos pretenden ganar a su competencia, y a veces dejan a un lado la experiencia acumulada por generaciones anteriores de ingenieros", resaltó el experto.
La nave Crew Dragon (Dragon 2) de SpaceX sufrió el abril pasado un fallo durante las pruebas estáticas de sus motores en la base de Cabo Cañaveral, en Florida.
El vuelo pilotado de Starliner estaba previsto para el 1 de noviembre, y el de Dragon 2 para julio, pero después del incidente no se han mencionado nuevos plazos.