En agosto de 2017, la empresa de Elon Musk llevó a cabo el lanzamiento exitoso de su cohete Falcon 9 con el satélite Formosat-5 a bordo.
Los investigadores taiwaneses descubrieron que dicho lanzamiento provocó la aparición de un agujero en la ionosfera de la Tierra. El estudio está disponible en la revista Space Weather.
Normalmente los cohetes tienen una trayectoria parabólica que les permite disminuir los efectos de la gravedad. No obstante, durante su vuelo el Falcon 9 llevaba una carga relativamente ligera y por eso pudo atravesar la atmósfera de forma casi vertical.
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Debido a su trayectoria inusual, el cohete generó una fuerte onda expansiva circular y provocó la aparición de un enorme agujero en el plasma de la ionosfera, que permaneció abierto durante unas horas.
No obstante, aunque el propio agujero no representó un peligro, el lanzamiento vertical podría provocar fallos en los sistemas GPS, según explican los expertos.
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