El 30 de septiembre de ese año, la erupción se transformó en una estructura serpenteante conocida como 'filamento' que salió desde la superficie solar. El fenómeno colapsó y el propio Sol 'engulló' su erupción por sus fuerzas magnéticas.
La NASA no solo ha publicado el vídeo, sino que ha elaborado un completo estudio publicado en The Astrophysical Journal que revela que el fenómeno lo causó la colisión de uno de esos filamentos con las fuerzas magnéticas de nuestra estrella, como si dos iglús chocasen entre sí. El vídeo es una proeza que la NASA debe a todos los instrumentos utilizados.
"Cada uno de los componentes utilizados para observar el fenómeno ha sido muy importante", asegura Georgios Chintzoglou, autor del estudio y físico solar en el Laboratorio de Astrofísica de Palo Alto (California). "Quita uno de esos componentes y prácticamente no ves nada", afirma, y añade que "en física solar, se necesita una buena cobertura para poder observar varias temperaturas".
"Si tienes todos los instrumentos necesarios, entonces puede salir algo muy bueno", dice Chintzoglou.
Todo un arsenal
Este 'ejército' controla el Sol a diferentes longitudes de ondas, lo que permite a los científicos observar la superficie del Sol y las partes por debajo de su atmósfera para poder detectar cualquier erupción.
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El estudio es una prueba más del papel tan importante que juegan las fuerzas magnéticas de nuestra estrella en las erupciones solares; unas erupciones que afectan a las telecomunicaciones de la Tierra.