Si bien el espectáculo fue bonito de observar, el objetivo del experimento era plenamente científico. De esta manera, los especialistas planean estudiar cómo reaccionan las partículas en la ionosfera y la aurora.
Para ello, el cohete Terrier-Improved Malemute despegó desde la base aérea de Wallops, en el estado de Virginia, a las 4:25 hora local. El proyectil portaba 10 pequeños tarros con vapor de bario, estroncio y óxido cúprico, que se abrieron en las altas capas de la atmósfera y crearon nubes de colores azul, verde y rojo.
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Podría parecer un experimento fácil de realizar, pero la verdad es que resultó ser todo un quebradero de cabeza para los ingenieros de la NASA. El lanzamiento, además, tuvo que ser aplazado hasta en 10 ocasiones en el último mes por las condiciones meteorológicas, como fuertes vientos o un cielo demasiado nublado.