El planeta, detectado por el espectrógrafo HARPS-N del Telescopio Nazionale Galileo (TNG), se encuentra en la zona de habitabilidad de su estrella GJ625 (Gliese 625) —enana roja—, una de las 100 estrellas más próximas al Sol, lo que significa que podría albergar vida.
Esta supertierra es especialmente interesante por su cercanía. Según los científicos del IAC, se encuentra a 21 años luz de nuestro planeta.
Los investigadores Alejandro Suárez Mascareño y Jonay Isaí González y Rafael Rebolo señalan que el planeta podría ser rocoso.
De acuerdo con los científicos, solo unas pocas decenas de planetas rocosos se han descubierto por la técnica de velocidad radial en estrellas cercanas y muy pocos se encuentran en la zona de habitabilidad.