Según informa South China Morning Post, se trata de la primera etapa del cohete principal y sus aceleradores reutilizables, pero que prevé un sistema de regreso a la Tierra mucho más convencional que el del programa SpaceX y su cohete Falcon 9. El experto en materia militar Vasili Kashin explicó a Sputnik a qué se debe esta decisión.
Al parecer, China aún no se ha decidido por la variante final de su sistema de lanzamiento reutilizable, especifica Kashin. Sólo se sabe que el esquema utilizado por el SpaceX —cuando la primera etapa del cohete regresa y aterriza sobre una plataforma en tierra después del lanzamiento usando sus propios propulsores— no es visto por los ingenieros chinos como una buena opción. Ellos lo consideran demasiado complicado para la tarea, haciendo especial hincapié en el sobregasto de combustible para regresar y, por consecuencia, en una menor carga útil de la nave.
El desarrollo de vehículos espaciales capaces de regresar a la Tierra es considerado hoy día como el paso primordial para la reducción del coste de los viajes espaciales. Sin embargo, como lo mostró en su tiempo la experiencia del transbordador estadounidense Space Shuttle, la aplicación de este concepto de nave no es una tarea fácil. El Space Shuttle —el primero reutilizable de este tipo de sistemas— no dio lugar a una considerable disminución en el coste del envío de mercancías al espacio, requiriendo enormes recursos que fueron desviados de otros programas. Al final, Estados Unidos canceló el programa y hoy día Rusia es la que se encarga del envío de los astronautas norteamericanos a la Estación Espacial Internacional (EEI).
Kashin aclara que el uso de un sistema de lanzamiento reutilizable es justificado solo si brinda una considerable economía en el proceso de restauración y preparación para un nuevo viaje. El SpaceX aún no ha demostrado esa capacidad, a pesar del hecho de que han logrado el retorno de la primera etapa de su cohete Falcon 9. Además, se podrá hablar sobre el éxito del SpaceX solo después de numerosos lanzamientos sin fallos, algo que el programa aún no consigue.
Así que el escepticismo de los especialistas chinos es entendible, continúa Vasili Kashin.
A mediados de 2016, la agencia rusa Roscosmos anunció la reapertura del departamento dedicado al desarrollo de sistemas de lanzamiento reutilizables. Hasta donde se puede juzgar, indica el especialista, los ingenieros han retomado los trabajos sobre el proyecto 'Baikal'.
El 'Baikal' es un acelerador de cohete equipado con alas similares a las de un avión. Después de la salida del cohete principal a las altas esferas de la atmósfera, se prevé la separación del 'Baikal' y su regreso automático a un aeródromo. Rusia ya tiene cierta experiencia en este tipo de sistemas, gracias al proyecto de transbordador 'Buran', que era capaz de realizar vuelos y aterrizar de forma automática.
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Es probable que el desarrollo conjunto de estos sistemas sea otra materia de estrecha cooperación entre Rusia y China. En especial ahora, cuando ante nuestros ojos el espacio exterior rápidamente se convierte en un escenario más de la carrera armamentista.
