Sin embargo, el único programa de misiones tripuladas a otro cuerpo celeste realizado hasta el momento por la humanidad, el programa Apollo, costó más de 200.000 millones de dólares —según el precio actualizado—. Apollo, además, se dedicaba a enviar a la Luna sencillas naves espaciales con dos personas a bordo, sin pensar en ningún momento en la colonización del satélite natural. El programa Apollo supuso un enorme esfuerzo para EEUU, tanto en el ámbito financiero, como en el científico y el tecnológico, con el fin de restaurar su reputación tras el lanzamiento del Sputnik soviético —1957— y el vuelo espacial de Gagarin —1961—.
El #vuelo a #Marte será 50 veces más caro que a la órbita terrestre https://t.co/2n6KtDjYZP pic.twitter.com/xYAzcX2mq6
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 25, 2016
Es evidente que incluso una 'simple' misión tripulada a Marte, con el aterrizaje de una nave con dos hombres a bordo y su posterior retorno a la Tierra, sería una operación bastante más complicada que un vuelo a la Luna.
Por supuesto, la reacción del cuerpo humano a una larga estancia en Marte después de un vuelo espacial también supone un problema científico complejo, que puede resolverse solo parcialmente en el transcurso de múltiples experimentos médicos y biológicos llevados a cabo, en particular, en Rusia y EEUU.
Los datos financieros de la empresa de Musk, SpaceX, tampoco son transparentes, ya que es una empresa privada. La información disponible sugiere que la supervivencia de SpaceX depende de dos factores: la exageración del valor propio del negocio, que permite atraer capital e inversores en condiciones favorables, y los encargos gubernamentales de organizaciones como la NASA y el Pentágono. Para abordar estos dos problemas, resulta crucial el hábil uso de la propaganda.
Es posible que, siguiendo la lógica empresarial, el importe de este servicio esté congelado en un nivel artificialmente bajo durante mucho tiempo para desplazar a la competencia de este mercado.
Esta estrategia puede funcionar durante un largo período de tiempo. La condición principal para su éxito es poder garantizar el interés sostenido del público y la cobertura favorable por parte de los medios de comunicación.