La prueba fue realizada según lo previsto desde el nuevo centro de Wenchang, en la isla tropical de Hainan, que se convierte así en la cuarta zona de lanzamientos de China.
El cohete utiliza combustible líquido, mucho menos dañino para el medio ambiente y más barato que el de sus predecesores.
El modelo Larga Marcha-7, con un peso de 600 toneladas, tendrá la misión en el futuro de llevar la carga a la futura estación espacial china.