La avioneta fue lanzada en caída libre desde unos 30 metros de altura contra una superficie de arcilla, a diferencia del primer experimento realizado el 1 de julio, en el que la aeronave impactó en una plataforma de hormigón armado.
NASA crashed another Cessna to improve emergency locators http://t.co/p2mX1tu7IR pic.twitter.com/4y2sdJPyFs
— Engadget (@engadget) July 30, 2015
La colisión con la arcilla resultó más destructiva que el impacto con el hormigón en el que el avión se desliza cierto tramo, lo que disipa la energía del choque. Sin embargo, en la arcilla el aparato se detiene bruscamente y la totalidad de la energía es absorbida por la estructura y los pasajeros.
"Esto nos ayudará a obtener datos muy importantes", dijo Lisa Mazzuca, responsable del departamento de Búsqueda y Rescate de la agencia.
La prueba, la segunda de las tres planificadas, es parte de un programa para aumentar la fiabilidad de los transmisores ELT que se activan de forma automática en caso de accidente aéreo.
Los investigadores de la NASA también han determinado los lugares más vulnerables del avión para instalar las radiobalizas, que a menudo se dañan demasiado en las catástrofes y no logran cumplir la función para la cual fueron diseñadas.
El objetivo del estudio es mejorar el funcionamiento de las balizas ELT para que los equipos de rescate tengan la posibilidad de salvar más vidas.
"Estamos tratando de avanzar en ello", destacó el jefe del proyecto Chad Stimson.