El Reino Unido es uno de los países más afectados por la pandemia. La saturación de los hospitales y los contagios masivos en residencias de la tercera edad han marcado el devenir de la crisis sanitaria en las islas. El resultado: más de 39.000 fallecidos a fecha de 1 de junio.
—¿En qué momento decidió participar en las pruebas de la vacuna en seres humanos?
—Soy enfermero. Llevo 20 años en Inglaterra y trabajo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Sheffield Teaching Hospitals. He vivido en primera línea la lucha contra el coronavirus y considero que la única solución para acabar con esta pesadilla es encontrar una vacuna.
Muchos países están en su búsqueda, lo cual es bueno, y entre las opciones que existen actualmente, una es la de la Universidad de Oxford. Una vacuna testada en animales, que ha dado resultados muy positivos, y que desde finales de abril comenzaron a probar en personas. Es más, tienen la intención de sacar la vacuna en octubre, para que antes del invierno, cuando vuelva el coronavirus, estemos preparados.
No dudé en decir que sí porque estoy sano y quería aportar mi granito de arena. Llevamos tres meses con esta pesadilla y solo la vacuna nos librará de ella. No quiero otro año como 2020.
—¿No le da miedo hacer de cobaya humana?
—Oxford es de las mejores universidades del mundo, llevan dos meses con las pruebas y no habido ningún problema. Hablamos de un centro educativo muy prestigioso y sé que todo será bastante seguro. Además, para ponerme las inyecciones no hace falta que vaya hasta Oxford, ya que lo puedo hacer en mi hospital, que se ha unido al proyecto.
Tuve cinco minutos para pensármelo y decidí aceptar, porque cuanto antes lo hagamos, más rápido tendremos resultados y, por lo tanto, con mayor celeridad tendremos la vacuna.
—Tiene muy claro que la vacuna es la única solución a la pandemia.
—Es que no hay otra. Me da igual que sea la vacuna china, la americana o la inglesa. Lo fundamental es tener una antes del próximo invierno. Es necesario encontrar una solución en el caso de que el coronavirus se convierta en algo cíclico y vuelva cada año con una mutación distinta, como hace la gripe. Mentalmente no estamos preparados para estar los próximos cinco o 10 años con periodos de cuarentena de tres meses.
Tú fíjate en el periodo de clausura que hemos pasado. Aquí en Inglaterra, a partir del 1 de junio, se empieza a levantar el confinamiento, lo cual me parece increíble. Días antes la gente se agolpaba en las playas en plena pandemia. Muchos están hartos de estar en casa y piensan que no les va a tocar nunca la enfermedad. Si no se puede controlar a la gente, solo la vacuna puede ayudar.
— #HelloMyNameIsJoan 💙 (@RoaringNurse) June 1, 2020
— A pesar de la importancia de la vacuna, también hay que destacar el trabajo de los sanitarios, clave para contener el avance del virus. ¿Cómo ha sido enfrentarse a la pandemia en el hospital?
—Muy agobiante, siempre pendientes de la posibilidad de contagio. Piensa que en el Reino Unido han muerto casi 300 compañeros por el coronavirus. En ocasiones, por no estar lo suficientemente protegidos.
Además, encuentro una irresponsabilidad acabar con el confinamiento ahora. Tanto aquí como en España. Han puesto la economía por delante de las personas. Han sacrificado a nuestros mayores y ponen a la población en riesgo porque la economía no se puede poner en marcha. ¿Qué es más importante el dinero o las personas? Parece que lo único que importa es el dinero y que toman decisiones pensando únicamente en este.
—Por lo que dice, ¿los procesos de desescalada tendrían que ser más lentos?
—Sí, se tendrían que hacer mucho más lentamente. Yo entiendo que hay que crear planes de futuro y tener presente que en algún momento podremos retomar nuestras vidas. Pero, para ello, junto a estos procesos de desescalada, tiene que haber una serie de medidas de seguridad que garanticen la contención de la expansión del virus.
Aquí, en el Reino Unido, de momento, no hay ninguna. En parte, porque el Gobierno no sabe quién tiene el virus y quién no, lo que genera dudas a la hora de legislar. La estrategia test, track and trace que anunció, que viene a ser testar, localizar y hacer seguimiento de los contactos del infectado, no está funcionando. Y no lo hace, porque no están haciendo test suficientes. Solo hacen 70.000 al día y eso es poquísimo. Además, los resultados tardan más de una semana.
— #HelloMyNameIsJoan 💙 (@RoaringNurse) May 30, 2020
—En el caso de que viniera una segunda ola. ¿Cómo está el sistema sanitario del país para soportarla?
—No está preparado. Hemos aguantado la primera, porque el sistema se centró en el coronavirus. Se cancelaron casi todas las operaciones, consultas externas…todo se paró para tratar los casos de coronavirus. Lo que pasa es que llevamos tres meses así y no podemos estar así eternamente. Cuanto más continuemos con el sistema parado, también más empeora la salud de la gente. La gente tiene otros problemas más allá del coronavirus.
Aunque, si volvemos a abrir consultas y viene una segunda ola, será mucho peor, porque tras meses de trabajo incansable, la capacidad del sistema sanitario va desapareciendo. No sé cómo capeará la sanidad lo que puede venir en junio y julio con el desconfinamiento.
—Otra ola más con el cansancio acumulado de los sanitarios, me imagino que sería devastadora.
—Fíjate que esta semana estoy de vacaciones, porque no puedo más. Psicológicamente, yo he tenido que pedir ayuda y me han tenido que dar terapia. Hubo un día hace un mes que, al llegar a mi hospital, no podía ni entrar a trabajar. Me paralicé solo de pensar que tenía que estar 12 horas con todas las protecciones y con la posibilidad de contagiarme. Tuve un ataque de ansiedad y me mandaron a casa, donde estuve tres días. Sin duda, el impacto emocional y físico es inmenso. Es lo más duro que he pasado en mi vida.
No obstante, paradójicamente, también estoy muy orgulloso de estar en primera línea. Es una mezcla de ansiedad y orgullo muy difícil de explicar. Yo no trabajo en la UCI de manera habitual, ya que soy gestor de enfermería. Lo que pasa es con la pandemia todos mis proyectos se han paralizado y me han reciclado para volver a la UCI. Igualmente, a pesar de todo lo vivido, jamás dudaría en volver a ocupar este puesto.