La caída en el precio del petróleo, el crecimiento del desempleo, así como la baja en el consumo interno en diversos países son parte de las consecuencias que el aislamiento arrojará en las siguientes semanas. En México esta realidad es aún más apremiante, debido a que este país enfrenta desde el año pasado varias dificultades para reactivar su economía.
Ivonne Acuña Murillo, académica del departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, destacó que este dilema se ha presentado en todo el planeta, pero en México ha llevado al Gobierno a defender a ultranza su política económica.
"Lo que estamos viendo en México es la presión que hay para que el presidente designe fondos del presupuesto para empezar a apoyar a los pequeños comerciantes, a la gente que no puede dejar de trabajar o, si fuera posible, proporcionarle ingresos para que se pueda quedar en su casa", comentó la politóloga a Sputnik.
"La forma en que se trató la epidemia desde el inicio y, por otro lado, cómo se venía tratando la política económica desde finales del año pasado, generaron en esta coyuntura dos crisis en el contexto de una condición que no había previsto el Gobierno federal. Obviamente muchos gobiernos no lo habían previsto, pero respondieron de acuerdo con las políticas que normalmente se establecen en ese tipo de condiciones, donde la población se queda sin trabajo, sin ingresos, o la economía se detiene y el único que es capaz de poder sacar del bache a las organizaciones, a las empresas y a las personas es el Estado", comentó.
"Cuando las condiciones no están bien económicamente, entonces [los votantes] se enfocan a la economía. [El presidente] Sabe que las personas preocupadas por la economía no necesariamente votan por quien gobierna: o no votan, o votan por los partidos distintos al Gobierno. Me parece que ese es el temor del presidente, él sabe que si se cae la economía las personas van a estar mal y, por lo tanto, va a tener que invertir más recursos en lograr en 2021 una votación más amplia", aseveró López Montiel.
En contraste, Ivonne Acuña apuntó que la prioridad económica del Gobierno se ubica, en primera instancia, en su comprensión de que la realidad del país impide a más de la mitad de su población dejar de laborar.
"En México cerca del 60% de la población está en la economía informal y un porcentaje importante de eso vive al día. De ahí las dificultades de decirle a la gente que no salga, cuando la comida que pone en su mesa cada día depende de lo que venda ese día o de la actividad que realice ese día. No hay presupuesto que alcance para darle dinero por dos o tres meses a cada familia para que no salga", resaltó la académica de la Universidad Iberoamericana.
Además, explicó que una buena parte de la relevancia que ha cobrado este tema en las últimas semanas se debe al conflicto que López Obrador enfrenta con algunos de los principales representantes del sector empresarial en México.
Por su parte, Gustavo López Montiel destacó que las principales respuestas a la crisis sanitaria y económica han surgido de actores distintos al Estado mexicano.
"Creo que han sido los actores económicos y sociales quienes han tenido respuestas más prontas que el Gobierno. Por ejemplo, el anuncio del BID Invest con el Consejo Mexicano de Negocios o la reacción que tuvieron muchos gobiernos estatales o muchas organizaciones sociales en la base, que han tenido mucha más reacción que el Gobierno. Incluso el Banco de México, que flexibilizó sus reglas de préstamos y puso a disposición, de manera anticipada, el dinero para préstamos que estaba en reserva para poder reactivar la economía", aseguró el profesor del ITESM.
"Estamos apenas en el pico de contagios, no sería prudente pedirle a la gente que salga. Y si ellos [el Gobierno] retrasaron la estrategia, tiene que ver con la cuestión económica: al presidente se le cuestionó mucho porque no daba el ejemplo, pero me parece que el presidente quería decir que todavía se podía salir. Que todavía no había que recluirse porque, si baja el consumo como ha bajado, las consecuencias en la economía van a ser peores, más profundas", concluyó.
La Secretaría de Salud en México informó que, hasta el 29 de abril, registra 16.752 casos confirmados de COVID-19, así como 1.569 muertos. Al momento, Ciudad de México, Estado de México, Tabasco, Sinaloa y Baja California concentran la mayoría de los casos activos en el país.