También es activa en la política. Este año se ha presentado como candidata al Parlamento Europeo de los comunistas checos. Sputnik le pidió explicar las alegrías y las penas de su profesión.
— ¿Por qué empezó a conducir un camión? ¿Fue su sueño o más bien una oportunidad?
— Yo diría que no fue ni un sueño ni una oportunidad. Mi novio trabajaba de camionero y yo siempre estaba sola en casa. Una vez le dije que aprendería a conducir un camión y que trabajaríamos juntos. La respuesta fue: 'Vamos'. Hemos estado conduciendo juntos durante cinco años.
— ¿Qué es lo que más le gusta de esta profesión?
— Cuando viajaba por rutas internacionales, me gustaba conocer los países. Los he visto un poco diferentes que cuando te vas de vacaciones. Ahora solo viajo por la República Checa, y me gusta el trabajo en general. No puedo señalar algo único que me guste.
— ¿Qué opina de la regla de que los camioneros deben regresar a su país cada cuatro semanas desde el extranjero? ¿Eso no limita el trabajo? ¿O, por el contrario, da a los conductores la oportunidad de tener un merecido descanso?
Ahora muchas empresas nacionales contratan a extranjeros del este. Y, a pesar de que no alcanzan el nivel de los conductores checos, amenazan a los checos con reemplazarlos. Esto significa que los conductores nacionales son chantajeados y obligados a hacer lo que normalmente no harían. Es muy triste que las instituciones públicas de la República Checa no quieran hacer nada al respecto.
El ejemplo más frecuente que se puede encontrar en las carreteras es la constante violación de casi todas las normas y la actitud muy indiferente de la Policía de la República Checa. Una vez me paró la Policía debido a alguna tontería. Cuando les pregunté por qué no controlaban a los conductores del este de una manera igualmente dura, ya que a menudo cometen infracciones de tráfico graves, un policía me contestó que estaban aquí para educar a los conductores checos y no para atrapar a los extranjeros. Para que los conductores checos nos comportemos decentemente fuera del país.
— ¿Con qué frecuencia se encuentran los camioneros con inmigrantes ilegales?
— Siempre que estemos en un área problemática.
— ¿Alguna vez has experimentado algo similar?
Cada vez que pasaban, los conductores bajaban inmediatamente de los camiones y revisaban sus vehículos para asegurarse de que no hubiera nadie allí. La mayoría eran hombres jóvenes, con mochilas en los hombros y una manta bajo los brazos. Nunca vi mujeres ni niños.
Los migrantes a menudo se escondían en los ejes del remolque. Ninguno de los conductores quería meterse en problemas, todos querían conducir con seguridad hasta sus casas. Cuando alguien tenía un refugiado en algún lugar, teníamos que quedarnos en la frontera durante 24 horas porque la policía inmediatamente cortaba la carretera.