Sputnik conversó con Schroder-Kopf, quien dio su opinión sobre la política de Alemania respecto a Rusia, sus encuentros con Vladímir Putin y su relación con la bella ciudad de San Petersburgo.
Señora Schroder-Kopf, ¿por qué las relaciones entre Alemania y Rusia son tan importantes para usted?
Respecto a eso tengo dos argumentos, los políticos y los personales. Tal vez ustedes sepan que dos de mis tres hijos nacieron en San Petersburgo: Daria, de 16 años, y Gregor, que ahora tiene 12. Claro está que yo tengo un sentimiento especial por la ciudad natal de mis hijos. Mis hijos adoptivos, lo más probable es que tengan parientes biológicos en Rusia. Por eso esos lazos profundos y sinceros son muy importantes para mí.
No sé si se puede imaginar lo que fue para mí ser testigo de ese amplio gesto de reconciliación. Hasta el final de mi carrera política, lucharé para asegurar que estos gestos de buena voluntad y reconciliación no se olviden.
Cuando sales a las afueras de San Petersburgo y viajas entre las interminables cruces blancas que recuerdan el asedio que trajo un sufrimiento increíble, hambre y muerte a la ciudad bloqueada, es imposible pensar en ello sin estremecerse.
Cuando paseamos por las calles de la ciudad, muchas personas nos reconocen y nos tratan de forma amable y amigable.
Muchos sienten nostalgia por la antigua amistad que mantuvieron nuestros países. Lo percibo tanto en Rusia como en Alemania. Considero mi deber luchar por la reconciliación y por la preservación del legado político de Gerhard Schroder.
Vladímir Putin cumplió 65 años recientemente, ¿qué recuerdos tiene de sus encuentros con el mandatario ruso?
Cuando nos reunimos con él por primera vez en privado, para poder estar juntos durante más tiempo del habitual, francamente, hablamos toda la noche sobre cuestiones de política interna e internacional. Él es una persona muy versátil e inteligente que —y esto me impresiona mucho— es absolutamente receptivo a la crítica. Esa noche y esas conversaciones seguirán siendo para mí un maravilloso recuerdo.
¿Por qué cree que las relaciones entre Rusia y Alemania van por mal camino?
Creo que después de la salida de Gerhard Schroder del cargo de canciller, los lazos que se habían establecido como nunca no fueron renovados.
Pero se podría apostar tanto por el uno como por el otro. Por una parte, honrar el papel histórico de EEUU, pero al mismo tiempo fortaleciendo los lazos inquebrantables con Rusia.
¿Considera que es posible obligar a Rusia a cambiar mediante sanciones?
Aquí ambas partes deberían mostrar buena voluntad. Debemos partir del hecho de que Crimea nunca volverá a ser entregada, así que en este caso eso debería ser tomado como una especie de 'statu-quo'.
Al final, quisiera que alguna vez volviéramos al buen entendimiento que hubo entre 1998 y 2005 y a los días de Helmut Kohl y de Hans-Dietrich Genscher.