"Los peruanos nos demoramos muchos años en entender este fenómeno, lo subestimamos; había una confusión generalizada no solo de la clase dirigente peruana, también de las fuerzas de seguridad: las Fuerzas Armadas no sabían qué era, la policía no tenía experiencia en este tipo de trabajos", explicó Paredes.
En el libro, publicado la semana pasada por Editorial Planeta Perú, Paredes narra con detalle la creación en 1990 del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), que sería el responsable de dar un giro radical a la estrategia para combatir a Sendero Luminoso culminando con la captura de su líder.
"Hasta el año 1990 la policía antisubversiva estaba ciega, no conocía la organización, no sabía quiénes eran realmente sus dirigentes, solo que había un tal Abimael Guzmán; no sabía ni siquiera quiénes eran responsables de todos los organismos que conformaban este grupo, que estaba actuando en 24 de las 25 regiones de Perú y dejando miles de muertos", observa Paredes.
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El autor destaca el minucioso trabajo realizado por el GEIN para lograr la detención de Guzmán, quien hoy cumple una condena a cadena perpetua por el delito de "terrorismo contra el Estado".
"Antes la policía trabajaba para capturar y no encontraba nada, porque los milicianos de Sendero Luminoso tenían su famosa regla de oro de no delatar; hasta que cambian de metodología y hacen lo que ellos llaman "inteligencia operativa policial": empiezan a seguir a los mandos medios de Sendero Luminoso, porque sabían que era un grupo compartimentado (…) y después de casi tres años de trabajo, concatenada una operación atrás de otra, llegan a capturar a Abimael Guzmán", explica el periodista.
Los 25 años de la captura de Guzmán coinciden con la liberación de varios de los integrantes de su núcleo más cercano.
La mujer, de 52 años, ocultaba en su domicilio al líder de Sendero Luminoso cuando este fue descubierto y capturado.
En lo que queda de este año al menos ocho integrantes de la organización armada serán dejados en libertad tras cumplir sus respectivas penas, algo que Paredes observa con "preocupación", porque entiende que las acciones de Sendero todavía tienen eco en algunos sectores de la sociedad peruana.
"Creo que todavía los peruanos no hemos derrotado ideológicamente a Sendero Luminoso; todavía persiste esa llama de la ideología extremista, que llama a la guerra popular, a la lucha de clases", opinó.
Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que publicó su informe en el año 2003, la organización Sendero Luminoso asesinó a 11.021 personas y causó la desaparición de 1.543, lo que da un total de 12.564 víctimas fatales atribuidas a esta agrupación.
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La Comisión estimó que la cifra total de víctimas fatales de la llamada "guerra sucia", entre 1980 y 2000, se encuentra entre 61.000 y 77.500 personas, de las cuales 46% fueron provocadas por Sendero Luminoso, lo que supone que la organización causó la muerte, directa o indirectamente, de entre 28.000 y 35.000 personas.
