Sputnik te presenta la historia de diversos refugiados que viven en Estambul, el centro histórico, cultural y económico de Turquía, los cuales intentan adaptarse a la vida en tierras extranjeras. Lee la primera parte de este especial en este enlace.
Meyada, 37 años
Meyada arribó a Turquía desde la ciudad siria de Qamishli, en 2014.
"Nunca pensé que abandonaría Siria. Pero Daesh quemó vivo a mi hermano de 23 años. Luego de ese día, escapamos a Turquía".
En Siria, Meyada era profesora en una escuela primaria y en Turquía alcanzó a dar clases en diferentes cursos, hasta el momento en que le exigieron documentos que certificaran su educación. Su esposo, quien trabajaba en el área de la construcción, sufrió un accidente y no puede trabajar actualmente.
"No tenemos medios para subsistir. Actualmente vivimos gracias a la ayuda de nuestros conocidos".
Dos hermanos de Meyada viven en Canadá y Alemania. Sin embargo, ella y su esposo no están seguros de viajar a otro país y preferirían volver a su tierra natal.
"La patria es lo más importante, pero los niños se han acostumbrado a este lugar. Existe una gran probabilidad de que no regresemos", explica.
Omer, 66 años
Antes de la guerra, Omer trabajaba en Alepo como constructor, pero se vio obligado a huir a Turquía. En este país, debido a su edad y condición de extranjero, no encuentra trabajo.
Omer sueña con viajar a Alemania, aunque entiende que es una opción muy difícil, especialmente si se tiene en cuenta que ni siquiera cuenta con un pasaporte. Para él no es una opción viajar de manera ilegal a Europa.
"Me gustaría mucho regresar a casa, a Siria, pero Alepo está destruido. ¿Regresar a dónde?".
Fátima, 24 años
Fátima escapó de Alepo hace un año, junto a sus hijos de 6 y 9 años. Actualmente, la joven está aprendiendo turco y no quiere abandonar Estambul, donde se encuentra muy bien.
"Europa no nos quiere aceptar: le tienen miedo al islam. En Estambul se vive bien. Acá hay muchas mezquitas", subraya la joven.
Mahir, 44 años
Mahir es oriundo de Alepo, donde vivía con sus hijos, quienes actualmente residen en Alemania. Ellos llegaron a Europa ilegalmente, a través del mar Egeo hasta Grecia y de allí a Alemania. Ahora, Mahir sueña con abandonar Turquía y viajar a Europa.
"En Europa a los migrantes se les da una vivienda, la posibilidad de recibir educación, la posibilidad de trabajar. Acá hay trabajo, pero a los sirios los obligan a trabajar mucho y les pagan poco".
Parte de la familia de Mahir aún se encuentra en Alepo.
"La vida nos ha dispersado a nosotros por diferentes lugares. ¿Nos reunirá el destino una vez más? Dios quiera".
Muhammad, 27 años
Proveniente de Alepo, Muhammad se encuentra actualmente ayudando a su hermana a recibir la visa para reunirse con su esposo en Alemania. Sin embargo, Muhammad no quiere abandonar Turquía.
El joven sirio es médico y actualmente está aprendiendo el idioma turco para poder trabajar en su especialidad en el país otomano.
Esma arribó hace tres años a Turquía desde la ciudad de Hama. Los parientes de Esma viven en Alemania, razón por la cual ella también quiere viajar a tierras teutonas y llevar a sus hijos allí.
"Quiero irme a Alemania, ya que las condiciones allí son mejores. Los niños aquí no pueden estudiar, se ven obligados a trabajar. Allá hay más oportunidades. Por supuesto, no se puede estar seguro de nada, pero queremos probar suerte".
