Los ginecólogos de la realeza, Alan Farthing y Guy Thorpe-Beeston, son especialistas en partos de alto riesgo y asistieron en la llegada al mundo de los hijos de la princesa Diana y también de los de Kate Middleton. Pese a que estos médicos se encuentran entre los mejores del mundo, ninguno de ellos desempeñará el papel principal en el parto de Meghan.
Markle decidió no utilizar los servicios de los prestigiosos médicos de la Reina en su parto. En su lugar, la exactriz estadounidense ha nombrado a su propio equipo de profesionales, liderados por una mujer.
"Meghan dijo que no quiere a hombres en traje [en su parto]. Insistió en que quería su propio equipo. Dejó a algunos de nosotros un poco desconcertados", afirmó una fuente cercana a la realeza a Daily Mail.
Fuentes cercanas a la duquesa de Sussex insistieron en que su preferencia no ha causado ninguna ofensa.
Según el tabloide británico, la elección de Meghan podría ser vista por algunos como innecesariamente extravagante. Los médicos de la Reina no cobran por sus servicios, ya que su elección considerada un gran honor y atrae a otros pacientes, pero contratar a un nuevo equipo de especialistas costará decenas de miles de libras.
Te puede interesar: Los excesos de Meghan Markle ponen palacio patas arriba