La nueva idea nacional de Rusia

© Sputnik / Vladimir Trefilov / Acceder al contenido multimediaVladímir Lepiojin
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En los años 2017-2018 el desarrollo de la idea de Rusia como civilización será determinante en nuestro país, cree el miembro del Club Zinóviev, Vladímir Lepiojin.

La crisis de Ucrania y la división de esta nación, no tanto étnica sino civilizacional, determinaron la formación de una nueva idea nacional en Rusia.

Durante el último cuarto de siglo, la búsqueda de esta idea se vino realizando en dos corrientes paralelas que fluyen en sentido opuesto: la de la ideología liberal prooccidental, por un lado, y la postsovética y postimperial, por el otro. A finales de los años 2000 la ineficacia e, incluso, la defectuosidad de la idea liberal se hicieron tan evidentes que, a pesar del deseo de la nueva clase política en Rusia de mantener el 'statu quo' en el país, las élites rusas empezaron a gravitar hacia nuevas ideas, más acordes con el momento. Y ahora que Occidente inició la operación de "imposición del caos" en Ucrania, [1] no sólo los intelectuales sino también cualquier persona con interés puede ver con claridad el fracaso de los conceptos, derivados de la doctrina liberal, de formación de la "sociedad ultra abierta", la construcción de "la Gran Europa" y otros.

La ralentización del crecimiento económico en Rusia y la impotencia de los burgueses, que ocupan los puestos clave en el Gobierno, de mejorar la situación en la economía nacional determinaron, a su vez, que el presidente y su "grupo de interés" procedieran a buscar un punto de apoyo en un espacio conceptual más pragmático. Ya el 12 de septiembre de 2012, durante un encuentro con la juventud de la ciudad rusa de Krasnodar, Vladimir Putin señaló que "debemos construir nuestro futuro sobre una base sólida, el patriotismo. Y esa base es el respeto hacia la historia y las tradiciones propias, los valores morales, la cultura milenaria y una experiencia única de cohabitación en Rusia de centenares de pueblos con sus respectivos idiomas". [2] El 4 de septiembre de 2013 el mandatario ruso por primera vez definió su orientación política diciendo que era "un pragmático con tendencia conservadora". [3]

El viraje del presidente hacia el conservadurismo en su versión patriótica estimuló a los representantes de las alas derecha e izquierda del espectro político a desarrollar actividades de corte antiliberal. Con el apoyo del Kremlin fue creado el Club Izborsk, cuyos miembros elaboraron el concepto del Quinto Imperio, florecieron las agrupaciones de 'neoconservadores', estatistas, monárquicos y, simplemente, rusófilos y eurófobos. Bajo el auspicio de las altas esferas del gobierno fue formado el Movimiento Nacional Liberador, el grupo patriótico Sut Vrémeni y otras agrupaciones destinadas a unir a los patriotas progubernamentales contra todo lo prooccidental.

Entretanto, lo sucedido en Ucrania pone de manifiesto que la idea imperial no es un simple anacronismo, sino un potente factor irritante tanto para los habitantes de los nuevos Estados independientes como para los que viven en las autonomías rusas y en las capitales cosmopolitas como Moscú, San Petersburgo o Kazán. Otros conceptos antiliberales quedaron marginados debido a su incapacidad de proponer al poder ninguna alternativa útil a la persistente caída de crecimiento económico de Rusia.

Además de las ideas mencionadas, en los círculos intelectuales de Rusia hace bastante tiempo nació otra, la civilizacional. En particular, durante las últimas elecciones presidenciales cayeron en manos de los redactores de discursos de Vladimir Putin los trabajos 'La Civilización de los Activos' y 'De la Nueva Rusia a la Civilización Euroasiática'. [4] Es probable que fueran estos trabajos los que catalizaron la aparición en el mensaje anual del Presidente a la Asamblea Federal (parlamento bicameral del país) en diciembre de 2012, de una frase: "Rusia es un Estado-civilización". Vladimir Putin profundizó el tema en la reunión del Club de Debates Valdái, el 19 de septiembre de 2013: "El modelo de Estado-civilización es el que determina las particularidades de nuestra forma de Estado". [5]

El patriarca de Moscú y toda Rusia, Kiril, se adhirió a la tendencia civilizacional. Durante su discurso el 31 de octubre de 2013 en el Concilio Mundial del Pueblo Ruso señaló: "Rusia es un país-civilización, con sus propios valores, sus leyes de desarrollo social, su modelo de sociedad y Estado, su sistema de coordenadas históricas y morales". [6] Tras la reunificación de Crimea con Rusia y la formación de las milicias populares en las regiones del sur y oriente de Ucrania, la idea civilizacional ocupó un importante lugar en el nuevo sistema ideológico del mundo ruso en calidad de uno de sus conceptos básicos.

De esta manera, en la primavera de 2014 en Rusia cobró forma un nuevo discurso político en el que el concepto de "civilización" ocupa el lugar central.

El nombre, pues, de la nueva idea nacional es la "ideología de la civilización rusa". Está, asimismo, definido el objeto de esta idea, que es el 'mundo ruso' comprendido desde la perspectiva civilizacional (geográfico-cultural, supraétnico), en lugar de la visión étnica y tradicional. Este mundo es el elemento importante —aunque no el único ni dominante- de la comunidad civilizacional euroasiática que se está formando en la actualidad… En el artículo 'La adquisición de la ideología nacional' [7] el concepto del 'mundo ruso' abarca:

а) a todos los ciudadanos de la Federación Rusa independientemente de su origen étnico, religión y lugar de residencia;
b) a todos los rusos y rusoparlantes independientemente del lugar de su residencia y de su ciudadanía;
c) los territorios de la Federación Rusa y de otros países, aliados de Rusia, cuyos ciudadanos compartan los objetivos y valores rusos, quieran hablar la lengua rusa y abrazar su cultura.

Además del nombre y el objeto de la nueva ideología nacional está definido su objetivo. Es el desarrollo civilizacional de la Federación Rusa y el Mundo Ruso destinado a convertirse en el objetivo de la política interior y exterior del gobierno de Rusia. Se trata precisamente de desarrollo, no de una reforma, revolución o transformación prooccidental. Y es un desarrollo civilizacional, no nacional, imperial o postsoviético.

El paradigma del desarrollo civilizacional prevé una transformación orgánica de las concepciones ideológico-políticas, consonantes con el estado de ánimo de la mayoría de los ciudadanos rusos, en una ideología genuinamente nacional. El propósito es unificador. También prevé sacar la sociedad de la anomia (término introducido por el sociólogo Émile Durkheim) instalando en el centro de esta ideología, en vez del poder, el factor antropológico y la axiología como sistema de valores e imperativos, que distinguen la civilización rusa de otras civilizaciones transregionales y dotan del sentido buscado a todos los procesos en el país, sin excepción alguna.

La nueva ideología civilizacional de Rusia se basa en la experiencia histórica, sociocultural y de otro tipo vivida por el país y relacionada con la prioridad de la alta espiritualidad y el desprecio al "becerro de oro". Está claro que esta experiencia tiene mucho de mito. No obstante, Rusia realmente tiene experiencia de ofrecer prioridades morales y espirituales que proceden de la creativa esencia campesina de la superetnia rusa, una antítesis de las naciones y Estados formados con las prioridades de obtención de beneficios básicamente como resultado de operaciones financieras y comercio, incluido el de personas. Fruto de esto último es el modo de producción capitalista y la actitud consumista y utilitaria hacia el individuo y el medio ambiente.

Creemos que para los años 2017-2018 la idea del desarrollo civilizacional del mundo ruso será determinante en nuestro país y formará la base de una visión del mundo que, tras varios decenios de interpretaciones estériles en el marco de discursos ajenos impuestos a nosotros a principios del siglo XX, se enriquecerá no sólo con el vivo debate, sino también con enfoques innovadores, estudios concretos, análisis y pronósticos profesionales con respecto al futuro de Rusia y Eurasia.

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[1] Lepiojin V.A." El acuerdo de asociación con la UE como la imposición del caos. Un preludio para la Gran Guerra Euroasiática". Revista "Odnako", 16 de julio de 2014.

[2] Véase: http://ruskline.ru/news_rl/2012/09/13

[3] Véase: http://www.rbc.ru/rbcfreenews/20130904114725.shtml

[4] Véase: Lepiójin V.A, Belski V.Yu y otros, "La civilización de los activos", Moscú, 2012. Véase también "De la Nueva Rusia a la Civilización Euroasiática", Moscú, 2012

[5] http://www.rg.ru/2013/09/19/stenogramma-site.html

[6] http://www.patriarchia.ru/db/text/3334783

[7] Lepiójin V.A, Petrov V.P. "La adquisición de la Ideología Nacional" (Véase http://inst.eurasec.com/aktual_tem/4792/)

 

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