Los acontecimientos que se desarrollaron durante los años 1914-1918 constituyeron el primer acto de la catástrofe demográfica a la que sobrevivió Rusia en el siglo XX, afirma el doctor en ciencias históricas, profesor del Instituto de Historia Universal de la Academia de Ciencias de Rusia, presidente de la Asociación rusa de historiadores de la Primera Guerra Mundial, E. Serguiev.
Es difícil subestimar la aportación de Rusia en la victoria general de la Triple Entente sobre la Cuádruple Alianza. Una ofensiva intensa lanzada por el Ejército ruso en 1914 frustró los planes del mando alemán respecto a la derrota de Francia. Alemania y el Imperio Austrohúngaro se vieron involucrados en una guerra duradera de dos frentes con el enemigo que poseía recursos más grandes.
En 1915, se asestó a Rusia el gran golpe. Sufrió grandes bajas humanas y pérdidas territoriales, pero no dio al enemigo a derrotar sus Ejércitos y conservó la capacidad de participar activamente en combates.
La ofensiva lanzada por el Frente Suroeste ruso en verano de 1916 ayudó mucho a los aliados y puso al Imperio Austrohúngaro al borde de una derrota total. Alemania se vio obligada a trasladar sus tropas al Frente ruso de nuevo.
Gracias a las acciones conjuntas de los aliados de la Triple Entente, hacia 1917 el resultado de la guerra mundial estaba predeterminado. Aún en 1917, Rusia azotada por la revolución bolchevique continuó luchando.
Rusia pagó un precio muy alto en vidas humanas en la Primera Guerra Mundial. Según la mayoría de los expertos, unas 700.000 ó 800.000 personas cayeron en combates, unas 1.300.000 personas murieron de heridas y casi 800.000 personas desaparecieron. Además, más de tres millones de prisioneros de guerra: 285.000 murieron en campos de prisioneros y 238.000 no regresaron del cautiverio.
Más de 400.000 civiles murieron de hambre y epidemias. Así las cosas, las bajas generales constituyeron un 5% de la población masculina del Imperio ruso en la edad de 15 a 50 años.
Desgraciadamente se puede constatar que los acontecimientos que se desarrollaron durante los años 1914-1918 constituyeron el primer acto de la catástrofe demográfica a la que sobrevivió Rusia en el siglo XX y a la que siguió el terror del dictador soviético, Iósif Stalin, y las enormes pérdidas que sufrieron los pueblos de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial.
La Primera Guerra Mundial ejerció una influencia contradictoria sobre Rusia y otros Estados. La confrontación armada que duró muchos meses aceleró la modernización de todas las instituciones sociales. Aquella guerra pasó a ser la línea divisoria entre el llamado ‘viejo’ orden que se puede caracterizar como estamental y el nuevo estatismo que, junto con el inevitable cambio de las élites gobernantes y el desarrollo de la democracia representativa, aumentó la intervención del Estado en todas las áreas de la vida cotidiana.
La Primera Guerra Mundial produjo un inmenso sufrimiento a muchos pueblos. El Imperio Ruso se borró de los mapas y en sus ruinas se libró una sangrienta guerra civil. El conflicto denominado como 'Gran Guerra' en defensa de la patria fue rebautizado en guerra imperialista e injusta y se hizo desaparecer a los nombres de héroes de la memoria del pueblo.
A día de hoy, a raíz de la celebración del 100º aniversario del inicio de la Primera Guerra Mundial, es el momento de restablecer la justicia histórica y rendir homenaje a los rusos que sacrificaron sus fuerzas y sus vidas en aras de la patria.
*Yevgueni Serguéiev, doctor en Historia, profesor del Instituto de Historia Universal de la Academia de Ciencias de Rusia, presidente de la Asociación Rusa de Historiadores de la Primera Guerra Mundial
