A principios de junio, más de un millón de personas tomaron las calles de Hong Kong para oponerse al polémico proyecto de ley de extradición que permitiría a las autoridades de la región administrativa entregar a prófugos a los territorios con los que no tiene acuerdos formales de extradición, como Taiwán, Macao y la China continental.
El debate sobre el particular en el Legislativo de Hong Kong estuvo acompañado por enfrentamientos entre los partidarios y los opositores de esta medida.
Los que se oponen a los cambios temen que esta ley permitirá extraditar a la China continental no solo a los funcionarios corruptos fugitivos, sino también a quienes expresan su desacuerdo con la política oficial del Pekín.