En lo que va de año, su endeudamiento se ha disparado hasta alcanzar los 61.000 millones de dólares. Como resultado del cierre global de las fronteras, Boeing planea limitar a cinco la producción mensual de su aeronave insignia 787 Dreamliner. Es decir, fabricará uno menos de la cantidad prevista anteriormente.
En noviembre, el gigante no entregó ninguno de los aviones de fuselaje ancho y se espera que sus suministros en diciembre se tomen más tiempo, ya que la compañía inspecciona cada aeronave para detectar posibles defectos en su diseño, señaló el director financiero Greg Smith. Con estas escrupulosas revisiones, Boeing busca prevenir situaciones como las que se produjeron anteriormente con otros modelos suyos.
La menor producción de Dreamliner y la necesidad de vender su capital demuestran que la empresa se siente presionada por la crisis sanitaria, mientras que su avión que goza de mayor demanda, el 737 Max, está listo para reanudar vuelos no solo en EEUU, sino en otros países tras una parada de 20 meses.
Entre finales de octubre y el 3 de diciembre, las acciones de Boeing en la bolsa se dispararon un 64%, impulsadas por el retorno de los 737 Max y el optimismo sobre la recuperación de viajes dentro de EEUU que podría registrarse en el 2021.
El gigante está listo para reanudar sus suministros
Hoy en día, la compañía con sede en Chicago tiene suficientes reservas para sobrevivir meses de crisis sanitaria hasta que las vacunas contra el coronavirus no se distribuyan ampliamente por el mundo, aseguró Smith.
De hecho, el constructor aeronáutico de EEUU ya está listo para entregar unos 450 aviones de este modelo que fabricó para sus clientes, pero que no los suministró debido a la prohibición de vuelos por todo el mundo. Desde el primer accidente con el 737 Max, sucedido en octubre de 2018, el valor del inventario de la empresa ha aumentado un 40% hasta alcanzar los 87.000 millones de dólares.
"La limitación allí no será nuestra capacidad de suministrar, sino el ritmo y la capacidad de los clientes para recibir. Así que podemos aumentar [entregas] de manera significativa y tenemos recursos para ellos mientras los equipos están entrenados y listos para hacerlo", enfatizó Smith, citado por la agencia Bloomberg.
La demanda del 787 se vio particularmente afectada después de que se registrase una reducción del 90% en los viajes internacionales en lo que va del año frente a su número alcanzado hace un año. Como resultado, los aviones no entregados pasaron a acumularse alrededor de las fábricas de Boeing y en su almacén situado en el desierto de California. Se espera que la empresa tarde meses durante el 2021 en retirarlo de su inventario.
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