Dos semanas después de la limpieza realizada por el presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, en las filas de los funcionarios acusados de no haber estabilizado la lira, los inversores minoristas y las empresas turcas aumentaron el valor de sus reservas de oro en 2.200 millones de dólares, hasta situarlas en 36.400 millones de dólares.
En particular, esta tendencia amenaza con una mayor depreciación de la lira, advirtió en conversación con la agencia Bloomberg el analista independiente residenciado en Estambul Evren Kirikoglu. Según el experto, una mayor demanda de oro propicia que sea mayor la demanda de divisas extranjeras utilizadas para comprarlo.
"Es uno de los obstáculos para la apreciación de la lira", explicó.
Los inversores turcos acumulan reservas de oro al tiempo que acumulan divisas. Sus depósitos en monedas estables añadieron 34.500 millones de dólares en valor hasta llegar a un récord de 228.200 millones de dólares en lo que va de año. Además, el valor de sus ahorros en moneda extranjera había aumentado en 3.940 millones en las dos semanas previas al 20 de noviembre.
En el 2020, la lira ha perdido un 25% de su valor y ha pasado a ser la segunda moneda nacional en mostrar el peor rendimiento en los mercados emergentes, solo detrás del peso argentino.
Otra desventaja que ha traído este elevado apetito por el oro es que ha impulsado las importaciones, que iban en aumento desde 2017. Ahora, las compras de oro en el extranjero pasan a engrosar el déficit de cuenta corriente de Turquía. Como consecuencia, cada nueva adquisición de este metal a otro país pasa a obstaculizar la corrección de los desequilibrios en el comercio.¿Por qué la demanda no baja?
Si bien los precios del oro han ido bajando desde agosto, la demanda de este metal mostrada por parte de los inversores locales sigue siendo lo suficientemente alta. Así, a pesar de esta prolongada caída, el oro sigue estando un 19% por encima de su valor en 2019.
Además, los ciudadanos turcos no han sido los únicos en comprar lingotes. El banco central del país otomano también sigue acumulando reservas en oro, que llegaron en octubre a un récord histórico.
Y en esta tendencia no hay ninguna sorpresa, ya que a la luz de la consecuente depreciación de la lira, las inversiones en oro proporcionaron mejores rendimientos que los bonos o las bolsas de Turquía.
La demanda constante de oro se debe a una serie de factores que incluyen tipos de interés de depósitos poco atractivos y la falta de confianza en la lira, explicó al medio Dogukan Cicek, uno de los directivos de la empresa Troy Precious Metals.
"Un retroceso en los precios mundiales también se ve como una oportunidad para aquellos que piensan que la historia del oro está lejos de terminar", señaló el experto.
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