Los acusados habían estado sobornando a varios trabajadores de Amazon durante más de tres años para acceder a los secretos más sensibles de la compañía, dice un documento del ente citado por la agencia Bloomberg.
Amazon se convirtió en el minorista más grande del mundo de entre los que operan en línea. Su algoritmo de comercio presta mucha atención a factores como la reputación de cada vendedor y las opiniones de sus clientes sobre su producto. Esta estrategia permite a todos los usuarios de su página web encontrar una gran variedad de bienes al mejor precio para tenerlos en casa.
De hecho, la compañía estadounidense muy a menudo cuenta historias conmovedoras de cómo su servicio ayuda a las empresas pequeñas a alcanzar nuevas cimas: por ejemplo, cómo un guardia de seguridad ha lanzado su propia salsa de barbacoa y una madre ha montado un negocio vendiendo velas artesanales.
Sin embargo, "la nueva acusación revela una imagen mucho más oscura" de una atmósfera propia "del Lejano Oeste" y "llena de tácticas despiadadas", escribe el medio estadounidense.
Los delincuentes consiguieron robar terabytes de datos confidenciales de la compañía e inventaron trucos que les ayudaron a manipular el sistema de Amazon para beneficiar a un número de comerciantes. Mientras tanto sus competidores se vieron obligados a cerrar sus negocios por la escasez de pedidos, según el Departamento de Justicia.
Con ayuda de este esquema los delincuentes robaron más de 100 millones de dólares a Amazon y a sus clientes. Uno de los acusados es Ephraim Rosenberg, consultor de comercio electrónico de Brooklyn, quien, según los fiscales, usó un taxi Uber para enviar una valija llena de dinero a sus cómplices como pago por información confidencial de Amazon.
Dos de los acusados, Rohit Kadimisetty y Nishad Kunju, son exempleados de la empresa que ahora dirigen sus propias consultorías. Kadimisetty envió supuestamente el primer soborno a un trabajador de Amazon en 2017. A su vez, Kunju está acusado de haber dado trabajo a empleados y contratistas dispuestos a infiltrarse en las redes de la empresa a cambio de sobornos.
La escala de esta conspiración y el tiempo durante el que se realizaron los actos criminales ponen de relieve un gran problema para Amazon. El tamaño de su negocio facilitó que una estafa así "prosperase durante años sin ser detectada por nadie", resumen los periodistas del medio.
La compañía ya ha emitido una declaración diciendo que cooperó en la investigación y que espera que las acciones de unas pocas personas no desmerezcan los esfuerzos honestos de sus buenos empleados.