"Es necesario (...) estudiar y formular las medidas políticas apropiadas, teniendo en cuenta el posible impacto de la epidemia", dice el texto.
En particular, se planea tomar medidas para reducir los impuestos.
También se subraya la importancia de "mantener una política monetaria estable y flexible" y "aumentar el apoyo crediticio a las empresas involucradas en la producción de bienes para prevenir la propagación de la enfermedad", así como "mejorar la financiación con condiciones favorables en las regiones, industrias y empresas más afectadas por la epidemia".
El nuevo coronavirus tiene un impacto negativo tanto en la economía china como en el mercado financiero global, afectando a materias primas, el transporte y productos manufacturados.
El nuevo coronavirus 2019-nCoV, detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan, capital de la provincia de Hubei (centro-este), a finales de 2019, provocó más de 1.100 muertes hasta la fecha, incluidas dos fuera de la China continental, e infectó a unas 45.100 personas en más de 25 países, aunque la mayoría de los casos corresponden a China.
El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó una emergencia internacional por la propagación de esta nueva cepa de coronavirus.