La Agencia Nacional del Petróleo (ANP) afirmó que hay un total de "14 inversores interesados" y un "bonus de firma" (el dinero que las empresas entregan al Estado brasileño al firmar el contrato) de 106.500 millones de reales (más 26.500 millones dólares), lo que hace de esta subasta "la mayor de la historia" y una de las más importantes del mundo, por la recaudación y por el potencial de explotación de petróleo.
Se llaman así porque el petróleo de esas reservas supera los 5.000 millones de barriles que el Gobierno prometió a la semiestatal Petrobras en 2010.
Tres años después se detectó que las reservas eran mucho mayores; la ANP señaló que hay entre 6.000 y 15.000 millones de barriles de excedente, por lo que se decidió abrirlo a la explotación de empresas privadas.
En la subasta se ofrecerán cuatro bloques que están en la llamada Cuenca de Santos, ubicados entre 175 y 375 kilómetros en alta mar frente a la ciudad de Río de Janeiro (sureste de Brasil).
Las 14 empresas que fueron habilitadas para participar son: la brasileña Petrobras, la británica BP, la francesa Total, las estadounidenses Chevron y Exxon Mobil, las chinas CNODC y CNOOC, la colombiana Ecopetrol, la noruega Equinor, la portuguesa Petrogal, la malaya Petronas, la cataría QPI, la anglo-holandesa Shell y la alemana Wintershall Dea.
Sin embargo, dos de esas empresas (BP y Total) anunciaron en las vísperas de la subasta que preferían mantenerse fuera.
El Gobierno subraya que la subasta traerá importantes inversiones en el sector; el Instituto Brasileño de Petróleo señaló que las empresas deberán invertir de explotación, perforación y producción casi 135.000 millones de dólares de aquí a 2030.
El Gobierno central y Petrobras se llevarán la mayor parte, y el resto se dividirá de la siguiente forma: 15% para los estados del país, 15% para los municipios y un 3% extra para el estado de Río de Janeiro, que es donde están los yacimientos.
El ministerio de Economía prevé que gracias a estos ingresos extraordinarios, el déficit del Estado brasileño este año cerrará en alrededor de 80.000 millones de reales (más de 19.900 millones de dólares), y no en 139.000 millones (34.600 millones de dólares) que es lo que preveía el Gobierno inicialmente.
Gracias a esta subasta, Brasil estará "entre los cinco mayores productores globales de petróleo y gas, con la perspectiva de que la producción se duplique en la próxima década", afirmó el Ministerio de Economía en un informe reciente.
La previsión es que en las cuatro áreas subastadas haya un pico de producción de 1,2 millones de barriles diarios, lo que contribuiría de forma decisiva a aumentar la producción total de petróleo en el país.