El convenio buscó estabilizar los precios del hidrocarburo, reduciendo la producción conjunta en 1,8 millones de barriles diarios, partiendo del nivel registrado en octubre de 2016. El acuerdo fue prorrogado en varias ocasiones. Como consecuencia, los precios del petróleo se estabilizaron y crecieron. El precio anual promedió más de 70 dólares por barril de Brent en 2018, incluyendo la baja —53 dólares— registrada en diciembre.
"No pienso que esta opción sea la más probable, aunque es posible un cierto descenso", afirmó a Sputnik Alexandr Kurdin, un experto del Centro Analítico del Gobierno de la Federación de Rusia.
El analista destacó que según las previsiones del Gobierno de Rusia, a mediados del 2020 habrá un ligero descenso, alrededor de unos 50-55 dólares por barril.
"El desarrollo activo de la industria petrolera en varias regiones, especialmente en ausencia de graves problemas geopolíticos, puede conducir a un descenso de los precios del petróleo", señaló.
Entre otros factores se ubica la reducción de la demanda global del crudo, registrada en el informe de la OPEP en junio. A su vez, los países en desarrollo no muestran altas tasas de crecimiento económico. Por ejemplo, en 2019 el PIB de China —uno de los mayores importadores de petróleo— ha crecido a su ritmo más bajo en los últimos 28 años (6,4%).
Por otro lado, la constante tensión geopolítica que surge en diferentes partes del mundo —Siria, Irán u otras regiones— genera factores de reducción temporal de la oferta de crudo a corto plazo, dijo Kurdin.
"Por eso habrán picos periódicos de aumento en los precios del petróleo. En estos momentos, un barril podría costar 80 dólares", concluyó.
En cada situación económica mundial hay ganadores y perdedores.