"Corremos el riesgo de una mayor desestabilización si las sanciones no se mantienen vigentes. En particular, quienes rechazan el diálogo, obstruyen y socavan la transición democrática de Libia siguen interesados en explotar la riqueza del pueblo libio para promover su propio interés y para perpetuar el conflicto en el país", dijo Trump en una nota al Congreso.
En 2011 EEUU impuso sanciones contra los familiares y el entorno cercano de Gadafi y todos aquellos que, según Washington, violasen los derechos humanos en Libia.
Bajo jurisdicción estadounidense, los activos de estas personas y empresas quedan embargados y las transacciones financieras con ellas, prohibidas.
Libia continúa sumida en una crisis desde que el derrocamiento de su líder histórico, Muamar Gadafi, en 2011, derivara en una dualidad de poderes, choques entre grupos rivales, proliferación de grupos yihadistas y mafias que trafican con migrantes ilegales de África a Europa.
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El Ejército de Liberación Nacional Libio, al mando del mariscal Jalifa Haftar, actúa en el este del país y se niega a reconocer al Gobierno de Unidad Nacional, de Fayez Sarraj, establecido en Trípoli y reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU.
